Hace unos días, el Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad de México (CDMX) participó en la Arabian Travel Market en Dubai, con el objeto de dar a conocer la vasta e imponente oferta turística de nuestra ciudad —internacionalmente conocida como la Capital Cultural de América—, a efecto de establecer puentes de interlocución con los sectores público y privado, para atraer a la CDMX turistas de alto poder adquisitivo del mercado árabe y de países de oriente, como Japón y Filipinas, así como fortalecer nuestras relaciones comerciales y tecnológicas.
El éxito de la reunión fue posible gracias al trabajo institucional y coordinado que se ha llevado a cabo con la Embajadora de México en los Emiratos Árabes Unidos, Francisca Méndez Escobar, el secretario de Turismo, Miguel Torruco Márquez, y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, cuya participación ha sido fundamental para imprimir impulso a los nuevos intercambios turísticos que estamos proyectando en la CDMX desde el Fondo Mixto y bajo el liderazgo de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
No debemos perder de vista que, el próximo año Dubai será la sede de la Expo 2020, en la que se buscará participar con la promoción de la marca CDMX, por ser una feria que recibirá 25 millones de visitantes y tendrá gran relevancia en materia de innovación, ciencia y tecnología. Un evento de la mayor relevancia, toda vez que nos permitirá potenciar y diversificar nuestra oferta turística.
Las nuevas rutas aéreas directas proyectadas desde la CDMX serán fundamentales para consolidar el intercambio turístico, comercial, científico, cultural y tecnológico, pero, sobre todo, para estrechar los lazos de comunicación que nos permitan intercambiar experiencias con esas naciones y ciudades desarrolladas que han sabido superar la adversidad e insertarse de forma exitosa en la modernidad y el desarrollo.
Dubai es un ejemplo de lo que se puede lograr a base de esfuerzo, disciplina, honestidad y esperanza, así como de la importancia que tienen el liderazgo, la innovación, la ciencia y la tecnología en el desarrollo de un pueblo. Desarrollo traducido en bienestar, calidad de vida y oportunidades. El Ministerio de las Posibilidades, el Ministerio de la Felicidad y la Fundación del Futuro, son tres de las instancias gubernamentales más importantes; su nomenclatura habla por sí misma y nos dice con claridad cuál es la agenda que ocupa el centro de atención.
Dubai es ejemplo de que no se necesita una arbitraria dependencia de los recursos naturales, sino de que se deben construir economías diversificadas y con capacidad de resiliencia, estimular la inversión privada, apostarle a la inversión pública y a la rectoría del Estado en las actividades estratégicas. Pero, sobre todo, es un modelo de honestidad y transparencia donde el desarrollo económico importa tanto como la formación de capital humano y el bienestar de sus ciudadanos.
Crecer dejando pasar las oportunidades como lo hizo México, es imposible. Como dan cuenta los reportes históricos económicos, en 1980 México ocupó el sexto lugar en el mundo en cuanto a reservas de petróleo y el quinto en producción; en 1982 el país ocupaba el cuarto lugar en reservas y exportaba 1,500,000 barriles diarios, después de la Unión Soviética, Arabia Saudita y Estados Unidos; sin embargo, esta bonanza y crecimiento se tradujo en derroche, gastos superfluos y corrupción.
Ese desperdicio de oportunidades fue una constante cada sexenio y en todos los ámbitos, tanto en la industria como en las actividades primarias, en la educación y en la capacidad de innovación. México es la decimocuarta economía mundial, una nación rica en recursos renovables y no renovables con un importantísimo bono demográfico; no obstante, de acuerdo al Coneval, el 51.1 por ciento de los menores de 18 años están en pobreza y 9 por ciento en pobreza extrema.
El proyecto del Ejecutivo Federal hoy le apuesta a que el desarrollo económico y social caminen a la par,a eliminar las desigualdades y elevar la calidad de vida de la población que ha estado ajena a las oportunidades, le apuesta a la austeridad gubernamental y eliminar la corrupción. Una apuesta que no es fácil, pero tampoco imposible, sobre todo, si no claudicamos antes de llegar a la meta.
Estoy convencida que las oportunidades de intercambio, a partir de una moderna conectividad con los países del Golfo y de Oriente, nos traerán muchos beneficios tanto al área turística como al resto de los sectores. Nos aportarán una nueva visión a partir de otras realidades y entendimientos. Es decir, su modelo de desarrollo puede ser para nosotros esa experiencia vicaria que nos permita reflexionar y hacer conciencia sobre la importancia de crecer de manera sostenible y sobre la base de la justicia social.
Celebro este encuentro, deseo fortalezcamos nuestras relaciones en beneficio de todas las naciones involucradas, porque mucho es lo que tenemos que aportarnos mutuamente. Personalmente, regreso a México con la firme convicción de que podemos construir el país próspero, desarrollado y justo al que todos aspiramos; convencida de que debemos cancelar una época y construir juntos otra donde nadie quede excluido de los beneficios.