La inauguración del Curso Estándares Constitucionales de la Actuación de La Guardia Nacional, celebrada en el auditorio de la Escuela Militar de Enfermería el 17 de junio, convocó al presidente de la República, al presidente de la Suprema Corte de Justicia, a los secretarios de la Defensa Nacional, Marina, Seguridad y Protección Ciudadana, así como al Fiscal General de la República y al Comandante de la Guardia Nacional. En principio, es de resaltar la importancia institucional que le ha merecido a esta administración la actuación de la Guardia, a efecto de garantizar el respeto irrestricto a los derechos humanos, así como para evitar cualquier abuso de la fuerza y del poder. Lo anterior constituye la plataforma idónea para soportar la estrategia de seguridad y pacificación en todo el país.
Como acertadamente lo señaló el ministro Zaldívar al inicio de su exposición, se reunieron los mandos superiores de las fuerzas armadas, de las instituciones federales de seguridad pública, la Fiscalía, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial en un acto histórico en el que el Estado mexicano expresa, como nunca antes, su voluntad y su compromiso de combatir el crimen y la inseguridad con los métodos propios de la democracia y sólo con estos. Se reunieron porque son parte del estado mexicano y los une, en el ámbito de sus respectivas responsabilidades, un mismo propósito y una misma misión.
La inauguración fue el marco, aunque la intensión es “construir un país en el que impere la paz y la concordia, un país con seguridad y justicia, un país en el que todas las personas puedan vivir con dignidad y sin miedo, … nos une una visión común de que, para alcanzar esa meta solo hay un camino, que es el respeto irrestricto a la Constitución y a los derechos humanos que ésta reconoce”—así lo expresó el Ministro y así lo dejó en claro el resto de los participantes—. Las palabras, las acciones, los rostros y el ambiente mismo, cuentan los espectadores, dejaron ver a ese espíritu patriótico, comprometido y honorable que exige la realidad del país. Fue un encuentro trazado por la institucionalidad, en donde los participantes coinciden en que es inaplazable la necesidad de hacer frente a las demandas sociales de paz, de seguridad, de justicia, de certeza y de confianza.
Las suspicacias de quienes han apostado, no por la transformación, sino por la deformación de México, una vez más han sido superadas por los hechos. Las reformas constitucionales, las leyes secundarias, el frontal combate a la corrupción y la ley de austeridad republicana que está por aprobar el Congreso, son prueba fehaciente de que nos espera un mejor presente y destino.
Las estrategias, las acciones, los discursos y los símbolos comienzan a tomar la misma forma para responder a los compromisos adquiridos con el pueblo de México. Por más grande que sea el monstruo de la corrupción y la impunidad, sabemos que sí es posible dar paso a la seguridad y al respeto de los derechos humanos por el uso legítimo, adecuado y moderado de la fuerza pública. Sí es posible respetar la Constitución y garantizar la paz. Sí es posible que la Guardia Nacional esté al servicio del pueblo y de la patria.
La autonomía y el equilibrio entre los Poderes del Estado es ya una realidad. Como lo ratificó el presidente de la República, “emprendemos un camino de paz no de guerra” y “…la preservación del orden público debe fundarse en los principios, valores y derecho que derivan de la dignidad de las personas”.
Existe el Estado Nacional, la fuerza del Estado y el Estado de Derecho, por lo tanto, existe la clara oportunidad de que, con tranquilidad y concordia, todas y todos podamos hacer posible nuestro proyecto de vida.
Activista social y titular del Fondo Mixto de
Promoción Turística de la CDMX. @LaraPaola1