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Hace un mes advertíamos que el proceso de ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) estaba atorado por dos pendientes: 1) el informe del impacto económico del acuerdo comercial que la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC, por sus siglas en inglés) debió haber publicado 105 días después de firmado (30/XI/2018), pero que tuvo que retrasarse hasta el pasado día 18 por el cierre de Gobierno de Estados Unidos (EU) presionando a los demócratas para que aprobaran un presupuesto para la construcción del muro en la frontera; 2) la reforma a la Ley Federal del Trabajo que será aprobada en estos días por el Senado, luego de que Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes advirtiera que era no se sometería a votación si no se cumplía con ese requisito.
El reporte sobre el probable impacto del T-MEC sobre la economía de EU y sobre sectores industriales específicos, es muy relevante porque sirve de criterio orientador para que las y los legisladores aprueben o rechacen el tratado comercial, al que hago hincapié una vez firmado ya no se le pueden hacer modificaciones, porque algunos analistas han afirmado erróneamente que los demócratas pueden hacerle cambios al texto. Con la divulgación del documento comenzó el “Mock Markup”, que es el proceso informal sin plazo definido para que el Congreso norteamericano preparare las iniciativas de leyes necesarias para votar un acuerdo de libre comercio.
La señal para la ratificación del reporte del USITC es favorable, porque determina que el T-MEC tendría un impacto positivo sobre el PIB y el empleo de EU. Entre los hallazgos relacionados con México, se destaca que se reducirá la inversión de EU en nuestro país, lo que conducirá a un pequeño incremento de la inversión interna y de la producción de sus sectores de manufactura y minería.
También se destaca que el acuerdo reforzará los estándares y derechos laborales en México. Incluyendo las negociaciones colectivas, lo que promoverá salarios más elevados y mejores condiciones laborales en el país. Es por esto que las y los congresistas estadounidenses están muy al pendiente de que la reforma laboral mexicana cumpla con lo pactado en el anexo al capítulo 23 del T-MEC.
Con el nuevo acuerdo comercial, la Comisión estima que mejoraría el balance comercial de EU con sus dos socios comerciales, que era el objetivo principal de la administración Trump al renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Las exportaciones a Canadá y México se incrementarían por 19.1 mil millones de dólares (5.9%) y 14.2 mil millones de dólares (6.7%), respectivamente. Las importaciones de Canadá y México se incrementarían por 19.1 mil millones de dólares (4.8%) y 12.4 mil millones de dólares (3.8%), respectivamente.
USIT también considera que con el T-MEC se mejoran aspectos que no estaban adecuadamente cubiertos por el TLCAN: 1) comercio digital y 2) las reglas de origen en el sector automotriz. Sin embargo, reconoce que el precio de los vehículos para los consumidores subirá ligeramente. En conclusión, se recomienda al Congreso norteamericano la aprobación del acuerdo comercial.
A pesar de que el presidente de la Cámara de Senadores en México presume que las modificaciones a la Constitución en materia laboral si dieron en 2017, éstas ya se realizaron en el marco de las negociaciones del TLCAN.
La administración Trump está urgida de lograr la ratificación del T-MEC como una victoria política en el marco de las elecciones intermedias de noviembre. Trascendió que Jared Kushner, yerno del presidente, se lo hizo saber al gobierno mexicano en su visita en marzo pasado, así como la molestia por la falta de cooperación en el tema migratorio. Una reforma de la Ley Federal del Trabajo en México resulta fundamental para que los demócratas no pongan objeciones a su ratificación. Por eso Carlos Aceves declaró para EL UNIVERSAL que la CTM aceptaría la reforma laboral que se apruebe.
El gobierno mexicano, por su parte, ha endurecido su política migratoria, ante las advertencias públicas de Donald Trump de renunciar al acuerdo comercial con México si no coopera en esa materia. Los organismos defensores de derechos humanos están desconcertados por el giro que se ha dado, a pesar de las declaraciones de la cancillería de que se mantienen los mismos principios.
Sigo pensando que el escenario más probable es que se apruebe el T-MEC en el segundo semestre de 2019 y que entraría en vigor el 1 de enero del próximo año, pero la reforma laboral mexicana resulta el aspecto nodal para ello. Ya veremos qué sucede.
Addendum : El pasado 9 de abril, el Departamento de Estado de EU incorporó el indicador de secuestro en 35 países, incluido México. En la advertencia de viajes a México, se señaló que en algunas regiones se corría el riesgo del crimen y del secuestro. Se hizo la recomendación de no viajar debido al crimen a los estados de Colima, Guerrero, Michoacán y Sinaloa; y por ambas razones a Tamaulipas. El gobierno canadiense hizo una alerta similar el día anterior.
Email: pabloail@yahoo.com.mx