Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio
Octavio Paz
Carta abierta al presidente Andrés Manuel López Obrador:
Señor Presidente, el futuro de 65 millones de mexicanos menores de 29 años —casi la mitad de la población— depende en gran medida de cómo su gobierno haga validar estas 13 razones. La administración pública y los ciudadanos tenemos la obligación de hacer cumplir el derecho constitucional a respirar y vivir en un ambiente sano.
Primera. Porque debemos anteponer el bienestar social de la Nación a nuestras diferencias ideológicas, partidistas y a intereses económicos cortoplacistas.
Segunda. Porque el artículo 4 de nuestra Constitución establece el derecho de toda persona a un ambiente sano para su desarrollo y bienestar, y el artículo 25 estipula que corresponde al Estado garantizar que el desarrollo nacional sea integral y sostenible.
Tercera. Porque 53.4 millones de mexicanos viven en la pobreza, 14.3 millones en pobreza extrema y 11.4 millones de nuestros indígenas son los más marginados.
Cuarta. Porque los gobiernos a nivel federal, estatal y municipal han descuidado sus obligaciones con el ambiente. No han sabido ver el inmenso valor que tienen los recursos naturales y la biodiversidad para combatir la pobreza, desigualdad y falta de oportunidades.
Quinta. Porque los recursos que destinan al medio ambiente el gobierno, empresas y fundaciones palidecen frente a lo que nos cuesta cada año a los mexicanos la degradación ambiental y agotamiento de recursos naturales. La contaminación atmosférica es el mayor costo ambiental, seguida de la degradación del suelo, contaminación y sobreexplotación del agua, residuos sólidos y pérdida de bosques.
Sexta. Porque la contaminación del aire mata a 20 mil mexicanos cada año y es la segunda causa de muerte prematura en niños. Por eso somos el segundo país latinoamericano con más muertes por cáncer de pulmón, infarto cerebral, padecimientos cardiacos y enfermedades respiratorias.
Séptima. Porque México es vulnerable al cambio climático y no queda otra que prepararnos para adaptarnos.
Octava. Porque la mayoría de nuestras cuencas hidrográficas están contaminadas, 80% de los peces comerciales está al máximo de aprovechamiento, perdimos la tercera parte de bosques y 2,605 de nuestras especies están amenazadas de extinción.
Novena. Porque, según Pemex, en 2017 se habían reducido a la mitad las reservas probadas de hidrocarburos que teníamos en 2006: 8 mil 500 millones de barriles de petróleo crudo. Estas reservas quizá sean suficientes para satisfacer nuestras necesidades energéticas durante unas décadas. Urge escalar el aprovechamiento de nuestras enormes fuentes de energía renovable, respetando los derechos y participación de las comunidades locales.
Décima. Porque gracias a Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Veracruz somos el cuarto país con más biodiversidad, segundo en diversidad de ecosistemas y quinto en diversidad de lenguas indígenas. Esta riqueza natural y cultural, que cada año atrae a millones de turistas de todo el mundo, debiera hacernos sentir orgullosos. En 2017 el turismo representó 8.8% del PIB, razón suficiente para que seamos un país conservacionista.
Décima primera. Porque tenemos leyes y engranaje institucional suficiente -sin presupuesto- para enfrentar desafíos ambientales: ley general, secretaría de medio ambiente, procuraduría federal, institutos nacionales de ecología/cambio climático y pesca, comisiones nacionales de agua, biodiversidad, recursos forestales, áreas protegidas y acuacultura y pesca.
Décima segunda. Porque contamos con organizaciones comunitarias, civiles, científicas y empresariales que son competentes, respetuosas del ambiente y entusiastas en la construcción conjunta de una visión ambiental que impulse el desarrollo sostenible de la Nación.
Décima tercera. Porque México, junto con 192 estados miembros de Naciones Unidas, suscribió la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan para la prosperidad y la paz globales.
Científico y ambientalista. @ovidalp