Mesopotamia, la tierra entre los dos ríos: el Éufrates y el Tigris, Irak de nuestro tiempo, tiene una nueva catástrofe a tratar ... El Tigris se está secando de forma alarmante últimamente, debido a la política hídrica de los dos países de origen, los vecinos Irán y Turquía. Las fotos difundidas por los medios muestran al viejo y poderoso río como manchas dispersas de agua en un canal seco, fácil de cruzar por los peatones. La crisis del agua sobre la que los expertos advirtieron está de repente allí y sin previo aviso.
El dramático desarrollo se debe al hecho de que Turquía ha procedido a llenar su represa Ilisu cerca de su frontera con Irak en este momento, después de un invierno relativamente seco. Los funcionarios iraquíes esperaban que la operación comenzara a fines de junio y no a principios. Algunos refieren la decisión turca a las elecciones del 24 de junio como un acto para complacer a los agricultores de la región, pero sólo son especulaciones. El embajador turco en Irak declaró que el primer ministro Haidar al-Abadi fue informado del plan turco durante su visita el año pasado a Turquía, y que la postergación solicitada por él entonces ha costado a Turquía considerables pérdidas.
“No hay acuerdo entre los tres países, Irak, Irán y Turquía, para compartir los recursos hídricos”, dice Fadel al-Zubi, funcionario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Cada país vecino, ya sea Turquía, Irán o Siria, controla el flujo de agua hasta Irak de acuerdo con sus intereses, necesidades y circunstancias sin cumplir ninguna cuota o consideraciones”.
La presa de Ilisu es una de las 22 represas en el sureste de Anatolia, formará un embalse de 10 mil 400 millones de metros cúbicos y albergará una central eléctrica de mil 200 MW. El relleno de la presa tomará entre 7 meses y 4 años dependiendo de la caída de lluvia. La presa perdió fondos internacionales en 2008 debido a su efecto en la despoblación del área y el daño que causará a la industria del turismo con la inundación de Hassankeyf, un sitio de 10 mil años de antigüedad. Algunos consideran que el proyecto es una forma de expulsar a la población kurda de sus pueblos a la ciudad, donde serían fácilmente asimilados.
Se estima que del 20 al 30% del flujo anual del Tigris se origina en Irán a través de dos ríos: Sirwan y Alwant. La presa de Daryan se completará este año y se espera que reduzca el flujo de agua de Sirwan en 60%, pero un túnel de 47 km excavado cerca de la represa desviaría completamente el río hacia Irán. Catorce proyectos fueron construidos por Irán en Sirwan y se prevén más para mantener el flujo de agua a Irak.
En el frente diplomático, los esfuerzos para abordar la situación no van acorde con el nivel y la urgencia de las graves condiciones. El embajador turco en Bagdad declaró: “...No daremos ningún paso sin consultar al país vecino sobre cómo podemos cooperar y brindar apoyo durante cualquier problema”. El portavoz de la Administración Turca de Bosques y Aguas admitió que Turquía estaba “parcialmente” llenando la cuenca de la presa.
El primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, dijo que “... hay planes para asegurar nuestros recursos hídricos tanto en el frente nacional como en el extranjero... Sí, hay escasez de agua este año, pero no es una crisis”. Los líderes iraquíes están en el medio de negociar la formación de un nuevo gobierno después de las elecciones de mayo y sus prioridades por el momento son de naturaleza política.
A pesar de las garantías de los funcionarios, los iraquíes ven políticas hídricas agresivas por parte de sus vecinos, lo que definitivamente afectará la distribución justa de su cuota en sus dos ríos.
Los proyectos de agua en Irán y Turquía en la próxima década no dejan ninguna duda sobre el sombrío resultado. Los iraquíes fueron víctimas de diferentes guerras que debilitaron a sus autoridades en Bagdad. En ausencia de tratados y coordinación entre las naciones concernidas sobre la distribución de sus recursos comunes, Irán y Turquía se comportaron de acuerdo con sus intereses nacionales sin considerar demasiado el interés de sus vecinos en Irak y Siria. Con esta situación, el peligro de conflicto se avecina y debe evitarse. El derecho internacional es la referencia en tales casos y debe ser la base para futuros acuerdos.
El problema no concierne sólo a Irak, debe abordarse a nivel regional para construir un marco sólido y claro para los compromisos de todas las partes para evitar más conflictos en la región y para enfrentar los desafíos futuros en materia de agua para las próximas generaciones. Vivimos otro problema hecho por el hombre en una región ya en llamas.
El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011
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FOTO: KHALID AL-MOUSILY. REUTERS