Siempre que nos enteramos que un atleta mexicano, que ha obtenido triunfos importantes para nuestro país, arroja positivo en un examen antidopaje, es motivo de tristeza y de preocupación ante un posible descuido por parte del deportista y de todo el equipo que está detrás de éste.
Lo que ha sucedido con Lupita González es nuevamente un tema de reflexión. Una medallista en Juegos Olímpicos y en campeonatos mundiales puede poner en riesgo su carrera, su nombre, por un accidente que pudo ser evitado y que, ahora, las autoridades deportivas de nuestro país tendrán que demostrar fue resultado de un descuido, para evitar una suspensión y más daño del que por ahora ha sufrido.
Sabemos que lo de la carne contaminada es un problema de salud muy grave en México; sin embargo, uno de los principios de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés), es que todo atleta es el principal responsable de lo que ingresa a su cuerpo.
Antonio Lozano, presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, aseguró que fue un examen realizado en octubre de este año por el Comité Nacional Antidopaje, el que arrojó positivo por trembolona, y que ya se ha solicitado abrir la prueba B en espera de que con esto se compruebe que fue un accidente.
Recuerdo que en 2006, cuando tuve la oportunidad de estar en la dirección de la Conade, se instaló este comité, que poco a poco intenta retomar fuerza, pero que pareciera haber algo que no se está haciendo correctamente.
En la formación de este organismo encargado de los controles dentro y fuera de competencia, estuvieron los secretarios de Educación, de Salud y de Seguridad, Reyes Tamez Guerra, Julio Frenk Mora y Eduardo Medina Mora, respectivamente; así como el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Felipe Muñoz, y de la Confederación Deportiva Mexicana, el teniente coronel Alonso Pérez. Y entre las cosas positivas que se trabajaron se hizo la “Cartilla Antidopaje”, además de que pasaron de 697 exámenes a deportistas en 2000, a 3 mil 391 en 2006. Insisto, estamos ante un aviso importante de que se debe tener mucho cuidado con los controles en este inicio de ciclo olímpico.
Lo peor es que ahora, después de muchos millones de pesos invertidos y de superar una suspensión por parte de la WADA, el laboratorio de la Conade debe convertirse en una herramienta primordial y aún no pareciera serlo.
Hoy todo apunta a que la responsabilidad es de Lupita, pero... ¿quién le da seguimiento a los atletas? ¿Qué ha pasado con la cartilla? Insisto, estamos en buen tiempo de recuperar algunos procesos y buscar perfeccionarlos por el bien de los deportistas mexicanos. Ojalá la Federación de Atletismo y la Conade demuestren que fue un error y que Lupita pueda continuar con su carrera.
Profesor