Fernando Haro Sauceda, de 15 años de edad, tuvo un accidente de motocicleta que casi le cuesta la vida. Acompañado de su hermano, el joven salió de su casa en el vehículo sin utilizar el casco de protección. Minutos más tarde, colisionó contra un camión de volteo que transportaba material de construcción.
Su hermano resultó con lesiones menores, por su parte Fernando quedó debajo del vehículo entre fierros calientes y retorcidos; momentos después del accidente, un paramédico llegó para auxiliar a los jóvenes y minutos más tarde sus padres, Hugo y Milka, que pasaban justo por la zona del percance, se acercaron a ver el impacto y notaron que era su hijo el que yacía inmóvil en el piso. Una vez liberado, Fernando fue trasladado por la Cruz Roja al Hospital General de Subzona (HGSZ) No. 38 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San José del Cabo.
El impacto le provocó una grave lesión cerebral, traumatismo craneoencefálico severo, y los médicos no le daban esperanzas de vida, aunado a que un ojo se le salió de su órbita y la probabilidad de perder la vista era muy alta.
Jorge Liceaga Casas, médico urgenciólogo del IMSS, fue el primero en atender a Fernando estabilizado en el área de shock, ahí recibió oxígeno, manejo para el dolor, antibióticos para las lesiones, tratamiento antiinflamatorio por vía intravenoso; por la gravedad de sus lesiones requería atención de alta especialidad y fue trasladado al hospital número 1 del Seguro Social en La Paz.
Fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y sometido a coma inducido, a fin de permitir que bajara la inflamación del cerebro. Durante su estancia de cuatro días en la UCI, su evolución fue hacia la mejoría, se controló la inflamación cerebral, fue retirado del coma con buen estado neurológico y continuó con una adecuada recuperación que permitió iniciar los tratamientos para las secuelas del accidente en el ojo y órbita ocular, además del brazo.
A un mes de ser hospitalizado tuvo una recuperación casi total y fue dado de alta con indicaciones para continuar su rehabilitación en casa y con citas con su médico familiar para su seguimiento y valoración.
Sus padres coincidieron en señalar que gracias al seguro que ofrece el IMSS a estudiantes y que tenía su hijo por estar inscrito en el Colegio de Bachilleres, fue atendido en el Seguro Social, donde recibió una atención oportuna que salvó su vida y que, se estima, habría costado a la familia alrededor de dos millones de pesos.
El Seguro de Salud para estudiantes es un esquema de aseguramiento médico que otorga el IMSS de forma gratuita a los estudiantes de las instituciones públicas de los niveles medio superior, superior y de postgrado.
En la actualidad, más de 6.6 millones de jóvenes en todo el país cuentan con este beneficio, al cual pueden acceder obteniendo su número de seguridad social mediante internet, la aplicación IMSS Digital para teléfonos celulares y tabletas, o en las subdelegaciones.
Fernando hizo un llamado a los jóvenes y adultos para que tengan precaución y responsabilidad, que no tomen la vida como un juego y manejen con cuidado, pensar bien las cosas, pues un casco y el cinturón de seguridad pueden salvar su vida.
Luego de la atención que recibió, el joven derechohabiente del Seguro Social afirmó sentirse muy bien y agradeció la atención de médicos y enfermeras tanto en San José del Cabo como en La Paz, que en todo momento cuidaron de su vida.
lsm