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El cardenal Norberto Rivera Carrera presentó su renuncia como arzobispo primado de México al papa Francisco, confirmó a EL UNIVERSAL, Hugo Valdemar Romero, vocero de la Arquidiócesis de México.
Al cumplir los 75 años de edad los sacerdotes y obispos deben presentar la renuncia a su cargo, así lo establece el Derecho Canónico.
Una vez presentada la renuncia será decisión del Papa si la acepta de inmediato o no, proceso que suele tardar meses o incluso años; por lo general, el jerarca católico tarda un tiempo para procesar la transición.
Bernardo Barranco, analista de temas religiosos, explicó que el procedimiento para nombrar al sucesor de una diócesis o arquidiócesis no es una “votación”, sino que se trata de un juego de “pesos y contrapesos” en el que tienen mucho juego las consultas que se realizan.
Comentó que gran parte del proceso lo realiza el nuncio apostólico, a través de consultas, aunque El Vaticano también hace las propias. El nuncio apostólico puede tener “amigos consultores” a quien directamente les pida su opinión.
El representante diplomático de El Vaticano tiene la posibilidad de presentar una terna de obispos y arzobispos, que a su parecer son los candidatos idóneos; sin embargo la decisión final la toma el Pontífice, en este caso, el papa Francisco.
“Generalmente, el papa tarda un tiempo para procesar la transición a un nuevo autor puede durar un año, un poco más, o menos cuando el obispo es incómodo, el cambio es muy rápido.
“Onésimo Cepeda, obispo de Ecatepec, presentó un viernes su renuncia y el lunes ya tenía otro nombramiento”, recordó.
Entre las renuncias más recientes se encuentra la de Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, quien presentó su renuncia en 2015. Sin embargo, el papa Francisco la aceptó hasta el 5 de noviembre de 2016, fecha en la que nombró a Carlos Garfias Merlos como el sucesor para presidir la Arquidiócesis de Morelia. Garfias Merlos se desempeñaba como arzobispo de Acapulco.
El 8 de diciembre de 2011, el entonces papa Benedicto XVI aceptó la renuncia de Juan Sandoval Iñíguez, arzobispo de Guadalajara, luego de que éste la presentara desde marzo de 2008. Benedicto XVI nombró a Francisco Robles Ortega, quien era arzobispo de Monterrey y actualmente preside la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Sin embargo, en el caso de Onésimo Cepeda, obispo de Ecatepec, el 17 de mayo de 2012, tan sólo 44 días después de que renunciara a su cargo, Benedicto XVI aceptó su renuncia. El 17 de julio de ese mismo año nombró a Óscar Roberto Domínguez Couttolenc para sucesor de Cepeda. Domínguez Couttolenc, se desempeñaba como obispo de la diócesis de Tlapa, Guerrero.
ahc