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La apnea del sueño afecta al 2% de las mujeres y al 4% de los hombres, puede generar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cáncer, obesidad y diabetes, así como deterioro cognoscitivo en adultos mayores y déficit de atención e hiperactividad en niños, afirmó Margarita Reyes Zúñiga, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas (INER).
La especialista señaló que la apnea del sueño es un trastorno respiratorio que ocurre cuando al dormir la faringe se convierte en un tubo flexible que colapsa debido a la presión negativa que se produce al inspirar aire. Se caracteriza por la presencia de ronquido, sueño fragmentado y poco reparador, dolor de cabeza al despertar, alteraciones en la memoria y somnolencia diurna.
Se conocen más de 80 trastornos del sueño, de los cuales la apnea es el más frecuente; destacó que en la Clínica de Trastornos Respiratorios del Sueño del INER el 60% de los pacientes lo padece.
Existen dos tipos de apnea, la obstructiva cuando cesa la respiración por 10 segundos o más en reposo y el cuerpo realiza un esfuerzo respiratorio, la vía aérea se encuentra cerrada y no pasa el aire, pero el tórax y el abdomen llevan a cabo su función y movimiento de manera normal.
En la central el cerebro no manda la orden a los músculos respiratorios para llevar a cabo su función. Debido a las consecuencias que puede ocasionar, recomendó a la población mantenerse alerta de la sintomatología y acudir al médico si identifica estos problemas al dormir.
Explicó que el insomnio y la privación del sueño son factores de riesgo para la salud, a pesar de no tratarse de trastornos del dormir. El primero puede afectar hasta a 60 por ciento de la población en algún momento de la vida, y de ellos 30 por ciento podría desarrollar un trastorno por esta causa.
El insomnio también puede ser consecuencia de enfermedades como la depresión y la ansiedad, por lo que esta ausencia de sueño debe ser detectada y diagnosticada oportunamente por un especialista.
Respecto a la privación del sueño, resaltó que los cambios en los estilos de vida de la sociedad y las exigencias de largos traslados o múltiples actividades han afectado las horas de sueño de la gente. Los adultos deben dormir entre siete y nueve horas, los niños en edad escolar, entre nueve y 11.
De la población adulta, se estima que aproximadamente 60% no duerme el tiempo adecuado y presentan somnolencia, lo cual es la segunda causa de accidentes de tránsito, después del consumo de bebidas alcohólicas, abundó.
También son considerados trastornos del sueño el síndrome de piernas inquietas, narcolepsia, parasomnia, sonambulismo, terrores nocturnos, noctilania, pesadillas y sexomnia, entre otros, los cuales son originados por causas psiquiátricas, neurológicas y respiratorias y deben ser atendidos de manera inmediata.