Más Información
Profepa va por clausurar relleno sanitario en Puebla; comunidades acusan afectaciones a su salud por sustancias tóxicas
INAI señala que es vital que la Convención Interamericana sobre Obligaciones Alimentarias informe procedimientos; solicita apoyo de la SRE
“Tenemos plan”, dice Sheinbaum ante amenaza de Trump de aranceles a petróleo; el objetivo es que no ocurra
justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Somos una familia normal, a lado de nuestra hija de 11 años y del pequeño de nueve, hacemos lo mismo que en otros núcleos, vamos al cine, al teatro, a la ópera y a los juegos más increíbles que existan en la feria, dijo Luis Martín Sordo, quien en conjunto con su esposo se convirtieron en la primera pareja homoparental en adoptar a dos menores de edad con ayuda del DIF de la Ciudad de México.
Para los menores de edad no es difícil entender que tienen dos papás, al contrario, han comprendido que existen hasta 10 modelos de familia diferentes y que lo importante es que se viva un ambiente de paz y amor.
Martín y su pareja eran patronos en la casa hogar Las Mercedes, que es de puras niñas, ahí conocieron a sus ahora hijos y se percataron de que el niño no la pasaba muy bien en un ambiente totalmente femenino, por ello decidieron adoptar.
“En principio íbamos por uno, pero como son hermanos no se pueden separar, idea que me parece fenomenal”, asegura Luis Martín.
Cuenta que a su hija le costó más trabajo aceptarse como un integrante más de la familia, hasta que vio el acta de nacimiento y su pasaporte con su nombre se desenvolvió; en cambio, el niño se adaptó desde que llegó.
“Las mujeres son más inteligentes, más complicadas, a ella le costó integrarse, extrañaba a sus amigas. Cuando vio su pasaporte cambió por completo, cuando sale con mis hermanas, mi mamá o primas, la veo y es igual que ellas, es mi hija”, dice.
Respecto a la edad en la que adoptó a sus hijos, Martín considera que es muy injusto que las personas quieran criar sólo a niños entre cero y tres años e invita a que conozcan a los menores que viven en casas hogares y se convenzan por si solos que un hijo es un regalo, “no importa la edad que tenga”.
El padre de familia asegura que los niños no necesitan hacerse una prueba de ADN para saber que son sus hijos. “No nos une un lazo de sangre, pero saben que son mis hijos”, concluyó.