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México ha perdido la medalla del Premio Nobel de la Paz 1982, Alfonso García Robles, que fue a manos del mejor postor en una subasta, pero todavía puede rescatar la memoria de este mexicano que le dio gloria al país en la Guerra Fría con su aporte del Tratado de Tlatelolco para la proscripción de armas nucleares de América Latina, afirma el biógrafo Rafael Medina Martínez.

Nada hay en el país que hable del pacifista michoacano: no hay un sólo monumento de él en todo México, no existen calles con su nombre, no hay libros que cuenten de su aporte a la humanidad, los alumnos que estudian en escuelas García Robles no saben quién fue y no se le ha dado su lugar tampoco en los libros de texto gratuitos ni en la Rotonda de las Personas Ilustres, dice el estudioso de su vida y obra.

Con un mes de anticipación, en febrero pasado, en Nueva York, la casa Christie’s subastó en 400 mil dólares, y sin puja en disputa, el oro de 18 kilates al que se hizo merecedor Alfonso García Robles por ser padre de un tratado internacional que fue la respuesta humanista a la crisis de los misiles soviéticos en Cuba.

Justo 50 años después de que México fuera el primer país en firmar el Tratado de Tlatelolco, el galardón apareció en los catálogos de subasta, pero la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dejó ir la oportunidad de adquirir el que fue su primer metal icónico de la grandeza universal.

Los otros ganadores del premio Nobel mexicanos son Octavio Paz (1990) y Mario Molina (1995).

Rafael Medina Martínez es un historiador que en el género de biografía ha profundizado su afán de documentar el legado de personajes importantes como Luis Donaldo Colosio.

Es autor de Alfonso García Robles, Premio Nobel de la Paz; padre del Desarme Nuclear en América Latina.

En las primeras páginas del libro, el hoy diputado Luis Maldonado Venegas señala: “Esta obra busca reivindicar la grandeza humana de un personaje que puede calificarse como el mexicano de mayor proyección internacional en el siglo XX, así como con su fase de paz y respeto lo fue en el siglo XIX Benito Juárez”.

La medalla

¿La medalla de Alfonso García Robles fue subastada?

—Es la décima tercera medalla que tiene el destino de la subasta al mejor postor y se han cotizado en más de cuatro millones de dólares. Tuvo una venta de 400 mil dólares. Fue una medalla muy barata, como no es un personaje famoso, la gente no le da el valor histórico que merece. En México nos quedamos sin la medalla que se fue con destino desconocido y fuera de las manos del gobierno.

¿Se pensaría que una personalidad ganadora de un Premio Nobel se convierte en generador de beneficios? ¿Falló México ante esta suerte que tuvo la medalla?

—Así lo manifestó Porfirio Muñoz Ledo. Muchas personas sienten que era una oportunidad de oro que el gobierno mexicano pudiera comprar esa medalla, cuando gasta en cuestiones que no sirven, como la Estela de Luz. No le costaba nada al gobierno adquirirla.

¿México no tiene conciencia del valor de sus grandes hombres?

—García Robles es un personaje profundamente olvidado, marginado, no se tiene presente.

El único gobierno que le hizo un homenaje fue el de Carlos Salinas de Gortari, un año antes de morir (1991).

Y nunca más ningún gobierno le ha vuelto a rendir ni un solo homenaje. En el 50 aniversario del tratado, el pasado 14 de febrero nada más hubo dos o tres menciones de su nombre.

El olvido a su memoria no sólo es culpa del gobierno, también de la sociedad, las universidades y la prensa, porque no le han rendido justicia.

¿Esto empobrece a una nación?

—Por supuesto que empobrece una nación. Qué lástima que nuestros héroes hoy para los jóvenes sean Joaquín El Chapo Guzmán, Pablo Escobar Gaviria y toda la serie de narcotraficantes. ¿Cuándo hemos hablado de paz, de un héroe nacional que nos de confianza y certidumbre? Claro que esto nos empobrece como nación.

Nuestros héroes son los malos, los malvados, pero nuestros verdaderos héroes, a los que deberíamos hacer homenajes y resaltar y seguir no nos los enseñan en la escuela.

A mí jamás me enseñaron nada de García Robles, ni en la primaria ni en la universidad ni en ningún lado.

¿Pero la nación es la madre de García Robles?

—Por supuesto, la nación fue la que le dio todas las bases a este mexicano para poder ser quien fue. García Robles se ungió como primer conquistador del desarme nuclear en la historia de la humanidad y lo hizo gracias a que el país tenía ideología, fuerza y voluntad de ser una nación pacifista.

En 1967, cuando se firmó este tratado, México fue la nación modelo, el ejemplo para todas las naciones sobre promover el desarme nuclear y lograr la paz mundial.

Es triste que México no revalore y no reposicione lo que fue su historia y lo que tiene de presente. El país sigue siendo el padre de este tratado y en este momento no levantar la voz y no hacer un llamado a la calma en los momentos de tensión nuclear que estamos viviendo entre Estados Unidos y Corea del Norte también se me hace un desperdicio.

Un tratado con vigencia

Es decir, ¿se traiciona el legado de García Robles?

—No lo considero así, porque siempre han promovido el tratado, sigue vigente y América Latina sigue siendo zona libre de armas nucleares.

García Robles también lucho incansablemente para que las dos grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, se sentaran a firmar la paz y el desarme nuclear, y lo logró. Hubo paz y una reducción importantísima de su arsenal nuclear. Eso deberíamos estar haciendo hoy.

México mantiene un silencio sepulcral, no se ha manifestado en lo más mínimo y aunque no es su papel protagónico, estoy de acuerdo en que con base en la doctrina García Robles, en el Tratado de Tlatelolco, puede hacer un llamado a la paz y a la calma.

Inclusive, México podría proponer que se negocie un tratado libre de armas nucleares en la región Asia-Pacífico. Nuestro país es ejemplo de esfuerzos en favor del desarme nuclear, de paz, así como de todo lo que viene reflejado en la bandera y la figura de Alfonso García Robles.

¿El libro rescata su legado?

— Este libro de García Robles es un manual. Describo todas las negociaciones, las estrategias y los resultados que obtuvo el Premio Nobel.

Es un manual para lograr una zona libre de armas nucleares, para crear una campaña mundial de desarme, para lograr un bloque de países que pueden ser intermediarios para formar la paz. Se está repitiendo el pasado.

Llamado al rescate

¿La sociedad civil y las redes sociales atienden esta situación?

—No hay un liderazgo, un país que pueda empezar a poner las bases para una movilización mundial a favor de la paz. Las redes sociales serían un gran instrumento, pero también se necesita una voz líder. México puede ser líder, tiene todas las bases para serlo, nada más es cuestión que lo decidan. Vale la pena intentarlo, proponerlo.

Me gustaría hacer un llamado a las secretarías de Relaciones Exteriores y de Educación Pública a rescatar la memoria de Alfonso García Robles, adquirir sus valores y ponerlos en práctica en estos momentos que el país sigue inmerso en la violencia por la lucha contra el narcotráfico.

A fin de resaltar su legado y darle el lugar que merece, estamos organizando la Fundación Alfonso García Robles, que tendrá como fundamentos la paz y el orden en el bien común.

La Secretaria de Educación Pública puede empezar a inculcar a los niños desde la primaria quién fue su Premio Nobel de la Paz. En los libros de texto gratuito no existe Alfonso García Robles. Ahora que el secretario Aurelio Nuño Mayer ha iniciado una campaña cultural, una estrategia de enseñanza y cultura con los niños de primaria, por ahí podemos empezar, para inculcarles una cultura de paz, bajo la enseñanza del Premio Nobel de la Paz.

Es el primer libro que se escribe de Alfonso García Robles en 50 años, desde la firma del Tratado de Tlatelolco no existe un solo libro, una sola biografía del Premio Nobel de La Paz.

Fueron 10 años de haber investigado la vida de este hombre y hoy que publico este libro ha sido muy difícil darlo a conocer, porque México entero no lo conoce. La sociedad no lo conoce, maestros profesores no lo conocen, no saben quién es García Robles.

¿De qué tamaño es el olvido en el que está su figura?

—No hay un solo monumento de él en México, no existe una calle con su nombre, un libro, no hay no digamos una película, no hay nada en la televisión que hable de García Robles.

Hay escuelas primarias García Robles y los alumnos no saben quién fue el personaje.

Este mexicano debe descansar en la Rotonda de las Personas Ilustres. Hay que darle el valor que merece a este mexicano, hay que darle un reconocimiento, porque es triste que se tenga en el olvido.

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