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La rabia que sintió al ver como integrantes de un cártel del narcotráfico se apoderaban de las calles donde vivía para secuestrar y violar menores de edad llevó al doctor José Manuel Mireles a tomar las armas y salir a desterrar a los Templarios de Tepalcatepec, Michoacán.
De la mano de Hipólito Mora, líder de las autodefensas, Mireles logró ser símbolo de los grupos civiles que comenzaron a armarse para defender sus comunidades.
Fue en febrero de 2013 cuando se acordó el plan: no era posible que las niñas del poblado siguieran padeciendo las actividades de los Caballeros Templarios.
José Manuel Mireles lo vivió de cerca, como médico general de la Clínica de Salud de Tepalcatepec atendió a decenas de menores embarazadas por violaciones o estupro de capos.
Esos sicarios también despojaron a sus vecinos de sus bienes, ejecutaron a sus conocidos y no había autoridad que los detuviera.
Así el doctor Mireles se convirtió en el líder moral del Consejo General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán, que llegó a tener presencia en al menos 22 municipios del estado.
Ganaderos, empresarios, expertos en cacería y jornaleros iniciaron con armas deportivas, de grueso calibre, machetes y palos, para tomar recuperar el territorio bajo el control de Los Templarios.
El médico ha explicado que él y sus hombres tomaron las armas para salvar sus vidas, las de sus familias y la de sus pueblos, ejerciendo un derecho consagrado, dijo, en el Artículo 10 de la Constitución mexicana.
El movimiento de José Manuel Mireles e Hipólito fue un referente para que se crearán más guardias civiles y comunitarias en Michoacán.
Alfredo Castillo fue enviado por el gobierno central a Michoacán como comisionado para “pacificar” el estado. Castillo estableció el 10 de mayo de 2014 como fecha límite para que las autodefensas entregaran sus armas. Mireles y su gente se negaron a deponerlas, argumentando que la Fuerza Rural había dado cabida a integrantes de células delictivas.
El 27 de junio de 2014 el doctor fue detenido en La Mira, Lázaro Cárdenas, Michoacán. A Mireles lo acompañaban 70 miembros de las autodefensas.
José Manuel Mireles fue enviado al Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) 11 en Hermosillo, Sonora por delitos contra la salud y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada o Fuerza Aérea.
“No soy criminal, soy un luchador social”, dijo.
El 5 de julio de 2014 se organiza una marcha hacia el Ángel de la Independencia para exigir su liberación.
Al día siguiente recibió auto de formal prisión.
Activistas en pro de Mireles organizaron una oleada de movilizaciones para presionar a las autoridades y que el ex vocero de las autodefensas sea liberado. Se organizaron marchas, bloqueo de carreteras.
En abril de 2015 su colega Hipólito Mora y su hermana Virgina Mireles encabeza un ayuno afuera de la Procuraduría General de la República (PGR) para exigir su liberación.
En julio de 2016 un juez lo absuelve de la acusación por delitos contra la salud, pero no queda en libertad porque aún tiene que enfrentar el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada o Fuerza Aérea.
Mireles fue trasladado el 1 de noviembre al penal federal de El Rincón, en Tepic, Nayarit, el cual podría abandonar en las próximas horas gracias a la autorización de un juez para que continúe el proceso en libertad.
lsm