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Como cada 10 de mayo, miles de fieles acudieron a la Basílica de Guadalupe para presenciar la misa en honor de todas las madres mexicanas, incluida la Virgen María.

A las nueve mañana, y con las tradicionales Mañanitas, inició la celebración religiosa, en la que se pidió por todas las mamás que trabajan en dependencias y lugares “de esta tierra santa”.

Se felicitó a todas las madres que acudieron a La Villa y también a aquellas que se encuentran en “brazos de la Virgen de Guadalupe, en la vida eterna”.

Se hizo una oración por las mamás que tienen problemas y por las que están enfermas o sufren por algún motivo.

Durante la homilía se mencionó que el Papa Francisco ha dicho: “Jesucristo y yo tenemos la misma madre” al ser un regalo que hizo Jesús durante su crucifixión.

“En ese momento, entregando su cuerpo, su sangre, su vida, todo absolutamente por amor a nosotros, todavía nos dio lo que para él era lo más precioso, que era su madre”, dijo el cura.

Se exhortó a los feligreses a no dividir su amor entre Jesucristo y la Virgen María. “Todos debemos sembrar el amor a Jesús a través de Santa María, cuando menos los que nos llamamos guadalupanos”, insistió el sacerdote.

Antes de concluir con el mensaje religioso, se celebró a todas las mamás por tener una “vocación preciosa” y ser las primeras en mostrar el orgullo por sus “retoños”.

“Todo lo que logren esos niños será gracias a su papá y a ti, que fuiste una mujer valiente, que lo tuviste en tu inmaculado vientre y fuiste una mujer alegre, llena de esperanza, que olvidó el dolor del parto al ver la cara de su niño, con ese amor y misericordia.

“Es tu sangre, tu carne, tu niño, están unidos en el mismo amor. Así estamos nosotros unidos a Jesucristo, nuestro señor, y también con esa mujer que dijo: ‘sí, señor, hágase en mí según tu palabra’”, concluyó el eclesiástico.

Los aplausos resaltaron en la Basílica y apenas y se escuchó el mensaje final: “Muchas felicidades a todas las mamás, a todas las que han engendrado su xocoyotito, xocoyotita, y hay que felicitar de manera muy especial a nuestra Santísima Madre de Guadalupe”.

Entre los cientos de feligreses que se reunieron para celebrar en La Villita se encontraba la señora Andrea Hernández, de 79 años de edad, quien desde que era niña ha celebrado el 10 de Mayo en este lugar, primero como hija, después como madre y ahora como abuela.

La mujer asegura que vive cerca del Reclusorio Norte y que salió de su hogar desde las seis de la mañana para llegar a la misa en honor a las madres.

Aseguró que su fe en la Virgen de Guadalupe se reafirmó cuando uno de sus ocho hijos estaba desahuciado y “un milagro de mi Morenita le salvó la vida”.

Por este motivo, “no le puedo fallar en su día. También vengo cada 12 de diciembre a felicitarla, pero los días 10 de mayo son muy especiales para mí. Recuerdo a mi mamá que me traía de chiquita, me acuerdo de mis hijos haciendo fila y tomándose de la mano para no perderse cuando me acompañaban a la misa y ahora veo a mis nietos que me acompañan y siguen la tradición, que espero que no se pierda”, dijo la mujer.

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