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Compradores y locatarios del mercado La Nueva Viga, en la Ciudad de México, aseguraron que el incremento en los precios de las gasolinas a inicios de este año no ha afectado considerablemente los precios de los mariscos, por lo que siguen como una opción de compra para los capitalinos en Semana Santa.
En una visita realizada por EL UNIVERSAL al popular mercado ubicado en la delegación Iztapalapa, Alfredo González, locatario con más de 20 años vendiendo, aseguró que el alza al precio de los combustibles ha ocasionado que los pescados suban sólo un par de pesos.
“No ha afectado el gasolinazo. El precio se ha mantenido, el costo de la gasolina no ha influido mucho en los del pescado; si acaso ha subido dos o tres pesitos, pero todavía podemos comer mejor pescado que la carne roja”, comentó.
Aun así, el comerciante aseguró que año con año la presencia de personas ha disminuido, por lo que la costumbre de comer pescados y mariscos representa una pérdida en las tradiciones y en las ventas.
“Mira, la presencia de las personas en Semana Santa sí ha bajado año con año. A este día, en esta temporada, era para que todos los pasillos del mercado estuvieran atiborrados, y mira cómo están: todos vacíos, y eso que somos mayoristas”, indicó.
El locatario de la pescadería Los Layos informó que en este mercado existe una gran variedad de precios y de especies marinas que se amoldan a gustos y bolsillos.
“Para las personas que no cuentan con mucho presupuesto está el pescado jurel, que es barato, pero mucha gente no lo conoce. El kilo del jurel está en 25 pesos y lo pueden hacer en filetes, en tiritas, o lo pueden empapelar. Es muy sabroso”, dijo.
El bagre, indicó el locatario, es otra de las especies que pueden ser consumidas en esta temporada a un precio muy accesible, a diferencia de la carne de res.
“El bagre es otra especie muy barata, puesto que está en 35 pesos el kilo. Compara: la carne de res está por los cielos. Con el bagre puedes hacer un caldo, o con un bagre más grande salen filetes”, comentó.
Agregó que el atún es una opción para aquellas personas que cuenten con un presupuesto más alto, debido a que ese pescado cuesta, en promedio, 150 pesos el kilo.
“También tenemos la barracuda, que es similar al robalo, lo único que es diferente es la cabeza, sólo eso, y en cambio el precio del robalo está por los cielos y el de la barracuda está en 80 pesos”, comentó.
A unos metros, Antonio Gómez, dueño de un local especializado en mariscos, asegura que ha visto descender muy poco su clientela a partir del incremento de la gasolina. Asegura que no ha afectado mucho sus ventas.
“La verdad, ha descendido muy poco la clientela en esta temporada, pero ahí la llevamos”, comentó el locatario.
Entre la tarea de cobrar y de pesar los mariscos para sus clientes, el joven comerciante indica que existe una gran variedad de especies que pueden ser aprovechadas por la gente de la Ciudad de México.
“En cuestión de camarones hay para todos los bolsillos. Tenemos, por ejemplo, camarones que van desde 120 a 220 [pesos el kilo], depende de lo que quieras gastar”, agregó.
La mejor calidad
Entre un fuerte olor a pescado y gritos de los locatarios que ofrecen sus productos, Julia Martínez, habitante de esta Iztapalapa, comentó que acude a comprar a La Nueva Viga debido a que los precios y la calidad son mejores frente a tiendas departamentales o mercados más pequeños. Declaró que consumir pescados y mariscos es una tradición en su familia.
“Yo vengo aquí porque es más barato si lo comparas con los otros mercados que son más pequeños y no tienen tanta variedad, y porque me queda muy cerca. Pero sí han subido un poco [los precios], pero ni modo, en mi familia seguimos la tradición de no comer carne roja en Semana Santa”, indicó.
Aseguró que en estos días en su hogar acostumbran a comer pescados y verduras, por lo que también ayuda a su economía no comprar carnes más caras.
“En esta temporada hacemos mojarra frita, ceviche, filetes de varios pescados que acompaño con verduras hervidas y que son saludables para todos”, agregó.
Consejos de la Sagarpa
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) recomienda a la población mexicana que al comprar pescado se asegure de que esté refrigerado o sobre una capa de hielo, además de verificar que el establecimiento esté limpio.
“Revisar las agallas o branquias para ver si el pescado es fresco. Para ello se debe levantar el opérculo (aleta de hueso duro que cubre y protege las branquias) para verificar que tengan color rojo”, señaló la dependencia.
Otro de los aspectos que los consumidores deben revisar es que el pescado tenga una piel brillante, con la carne bien pegada a la piel, y las escamas no deben estar sueltas.
Además, los filetes de pescado no deben presentar decoloración, ni menos oscurecimiento ni resecamiento en los bordes.
En cuanto a los productos congelados, se debe revisar la fecha de empacado y la temperatura, con el objetivo de verificar si están cumpliendo con lo que dicen, como guardarlos bajo la temperatura correcta.
La dependencia federal aconseja no comprar mariscos ni pescados congelados cuyos envases estén abiertos o con bordes desgastados, y recomienda que una vez que los productos se descongelen, sean cocinados.
“Los camarones deben ser traslúcidos y brillantes. Las especies con concha, al tocarlas deben cerrar sus valvas”, explicó.
La dependencia indicó que todos los productos del mar que se consuman deben tener un olor fresco y suave, nunca agrio, amargo o con sabor a amoniaco. Además, si se piden trozos o filete de pescado, al presionar la carne, ésta debe de volver a su lugar.