Más Información
Ernestina Godoy presenta leyes secundarias de la reforma al Poder Judicial; “es todo el andamiaje de leyes”
Xóchitl Gálvez evalúa formar un nuevo partido político sin el PRI ni el PAN; “que no sean los mismos tranzas”, dice
“Requerimos los mejores perfiles”; Zaldívar llama a “aprovechar la oportunidad” para participar en elección judicial
Sheinbaum revela que ordenó no aumentar su salario en todo su sexenio; secretarios tampoco tendrán incremento
justiciaysociedad@eluniversal.com.m
Con un dejo de timidez, Indra Ríos Ramos recuerda los días en que actividades tan cotidianas como comprar ropa le causaban un conflicto familiar que la llevaban a la depresión.
Tras someterse a tres procedimientos quirúrgicos y a un tratamiento integral que incluía el cambio de hábitos alimenticios, Indra lucía un vestido ceñido negro con estampados blancos que resaltan sus curvas.
La joven de 26 años es una de los mil 27 pacientes tratados por obesidad extrema con cirugía bariátrica que han sido atendidos en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre en los últimos 11 años. Ese hospital tiene 97.7% de éxito en el proceso quirúrgico y 85% de efectividad en el control de peso a cinco años posteriores a la operación.
Indra padeció obesidad 16 años. Comenzó a subir de peso desde los seis años. Comenta que su problema le afectó en su desarrollo físico y emocional, puesto que le era difícil entablar una conversación sin dejar de pensar lo que la otra persona opinaba de ella.
“Lo que más me afectaba era no poder relacionarme con las demás personas, sufría de muchas burlas en la escuela y eso me deprimía mucho. Me la pasaba encerrada en mi casa”, dijo.
Antes de someterse a la cirugía bariátrica, Indra presentaba hipotiroidismo, desgaste articular en una rodilla, problemas ginecológicos y síntomas recurrentes de depresión y ansiedad relacionados con su imagen corporal que afectaron su capacidad de relacionarse socialmente.
La joven llegó a pesar 120 kilos y hoy sólo 65 kilogramos. Logró perder más de 90% del excedente de peso que la afectaba desde la infancia.
Indra recuerda que el momento en el que “tocó fondo” y se decidió a someterse al tratamiento para bajar de peso, fue cuando al ir de compras no encontró ropa de su talla. Tenía 18 años: “Veía a mis compañeras en la escuela, me veía a mí y pensaba que no era normal como me veía, ni sano. No se trata sólo de estética sino de salud, no es bueno tener tanto exceso de peso”, dice.
Con el protocolo Manejo Integral de la Obesidad Mórbida, coordinado por Jesús Montoya Ramírez, cirujano general especialista en laparoscopía y cirugía robótica, Indra recibió tratamiento multiprofesional que incluyó valoración especializada en nutrición, siquiatría, endocrinología, cirugía bariátrica y cirugía plástica.
La paciente inició el protocolo de cirugía bariátrica en diciembre de 2010 con peso inicial de 100 kilos, estatura 1.62 metros e Índice de Masa Corporal (IMC) 38. Para su estatura, edad y complexión, su peso ideal era entre 52 y 62 kilogramos.
Debido a la obesidad extrema que padecía y pese a su juventud, en ese entonces tenía 21 años, Indra se encontraba en un alto riesgo de desarrollar diabetes o enfermedades cardiovasculares prematuramente, por lo que ameritaba una intervención médica multidisciplinaria.
El 8 de noviembre de 2011, el médico Montoya le realizó a Indra el tratamiento quirúrgico de manga gástrica por vía laparoscópica, en la que se emplearon cinco trocares con resultados técnicos y terapéuticos exitosos.
Para completar su tratamiento, el 16 de octubre de 2014 fue tratada por el servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva, a través de la doctora Fanny Stella Herrán Motta, quien le realizó una reconstrucción abdominal y glútea con transferencia de tejido graso autólogo, además de una mamoplastía.
La especialista precisó que la cirugía plástica y reconstructiva es muy importante en la rehabilitación integral y reinserción social de los pacientes intervenidos por obesidad mórbida.
En el caso de Indra, al recuperar una figura corporal equilibrada fortaleció su autoestima y su reintegración a la sociedad. Ella está consciente de que para prolongar los beneficios de todo lo que ha logrado con la ayuda de los tratamientos quirúrgicos y las terapias tanto sicológicas como nutricionales, requiere cuidar su peso, alimentación, tener activación física diaria, puesto que si descuida, las causas la obesidad puede reincidir.
Luego de bajar 55 kilos retomó sus actividades cotidianas. Estudia sicología en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) plantel Xochimilco, asegura estar muy satisfecha del éxito que tuvo con su tratamiento que le llevó siete años para llegar a su peso ideal, por lo que recomienda a los jóvenes cuidar su peso y practicar actividad física para evitar la obesidad.
“Me siento más confiada, estoy más cómoda con mi apariencia, es más fácil relacionarme con los demás sin preguntarme qué es lo que piensan de mí. Puedo ponerme ropa que nunca me imaginé que usaría y mi salud ha mejorado mucho”, afirma sonriente.
El sobrepeso y la obesidad afectan a 7 millones 320 mil 856 derechohabientes del ISSSTE, de los cuales 76.3% son adultos de 20 años en adelante, 38.4% son adolescentes y 42.6% son niños.