Desde la madrugada del 12 de abril, espectadores disfrutaron en diferentes partes del mundo de la primera Luna llena después del equinoccio de primavera, que ocurrió el 20 de marzo a las 4:29 horas, tiempo de México, que es cuando la Tierra alcanza su punto clave para dar lugar al día y la noche, con el mismo tiempo de duración, además de dar pauta para la entrada de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el sur.
Esta primera Luna llena es conocida como “Luna Rosa”.
De acuerdo con las historias contadas en torno al origen de dicho nombre, se llamó así al satélite natural de la Tierra en honor a las “Phlox Salvajes”, que eran las primeras flores que traía consigo la primavera.
Para los indígenas americanos de la región de Texas, “el fenómeno también servía como un control de sus cultivos”.
Sin embargo, con todo y el furor que causó en redes sociales, con las múltiples fotos y comentarios donde lucía con un matiz rosado el satélite terrestre, lo cierto es que la Luna no se pone de color rosa, no se ve más cerca de la Tierra (como sí ocurre en octubre) y tampoco refleja un brillo diferente.
El nombre “Luna Rosa” tan sólo hace alusión al color de las flores salvajes que nacen en esa estación.
Esta Luna también es el referente de inicio de la Semana Santa, dicha decisión se tomó después del Concilio de Nicea, en donde se estableció que la festividad se celebraría el primer domingo de Luna llena después de la entrada de la primavera.
En el año 325 DC se decidió que el Domingo de Pascua sería el siguiente a la primera Luna llena tras el equinoccio de primavera.
Por tanto, sólo puede tener lugar entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
De esta forma, siempre hay Luna llena en Semana Santa, y, por este motivo también, algunas Semanas Santas caen antes y otras después.
Actividades de observación. El Museo de Historia Natural de la Ciudad de México ofreció la noche de ayer actividades para que los capitalinos pudieron apreciar este fenómeno.
Durante la velada astronómica, que inició a las 19:00 horas, hubo charlas, talleres y actividades lúdicas y educativas, así como un rally.
Los visitantes pudieron utilizar telescopios dirigidos a la Luna y recibieron explicaciones por parte de la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería (Safir), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) .
Uno de los talleres abordó la existencia de la figura del conejo en la cara del satélite.
Los asistentes pudieron realizar un recorrido histórico por las expediciones y los conocimientos que se han obtenido a partir de su exploración sobre el satélite natural de la Tierra.
El asesor de Astronomía del Museo de Historia Natural, Miguel Ángel Salgado Meyer, impartió una charla acerca de la topografía lunar.
Además, durante la valeda se proyectó la cinta de Interestelar, dirigida por Christopher Nolan.
El recinto refirió que la Luna ha sido motivo de estudio y referencia para el desarrollo de calendarios de siembra y cosecha y en distintas culturas se le ha vinculado con la fecundidad, gracias al ciclo de 28 días que dura su transitar alrededor de la Tierra, semejante al periodo de fertilidad de la mujer.
Algunos asistentes trajeron sus propios telescopios y recibieron asesoría para operarlos y encontrar la mejor ubicación para la observación por parte de los integrantes de la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería.
A través de las redes sociales, usuarios subieron fotos de cómo se veía la “Luna Rosa” desde distintas partes del mundo, como por ejemplo España, y del interior de la República Mexicana.