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En esta tierra mexiquense y bastión priísta, la plana mayor de Acción Nacional dio una muestra de unidad para arropar a Josefina Vázquez Mota.

En una larga fila, manos panistas del ex presidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala, levantaron los brazos de quien fuera en 2012 su candidata a la Presidencia de la República.

Como “eslabones de unidad”, los acompañaron Ricardo Anaya; El Jefe, Diego Fernández de Cevallos; Santiago Creel; Luis Felipe Bravo Mena; el ex alcalde José Luis Durán Reveles; los coordinadores en el Senado, Fernando Herrera, y en la Cámara de Diputados, Marko Cortés, y los gobernadores de Veracruz, Quintana Roo, Baja California, Guanajuato y Querétaro.

Así como Carlos Medina Plascencia, quien del último lugar de esa cadena fue a saludar de beso a La Jefa como le decían a Josefina Vázquez Mota en la campaña presidencial de 2012.

Luis Felipe Bravo Mena, el fiscal Anticorrupción del PAN, se colocó en la hilera de atrás como un celoso guardián y deseó buena suerte a su compañera de partido.

El ex embajador de México en el Vaticano recorrió ese camino cuando en 2011 compitió por la gubernatura mexiquense y perdió ante el hoy gobernador, Eruviel Ávila Villegas, y llevó al PAN local al tercer lugar de las preferencias electorales en la entidad.

Uno de los liderazgos panistas ausentes en el salón de un lujoso Hotel de Paseo Tollocán fue el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien envió a uno de sus colaboradores de mayor confianza, el ex diputado federal Max Cortázar, quien guardó la debida distancia de los Calderón.

Otro de los ausentes fue el otrora aspirante a la candidatura blanquiazul, el mexiquense Ulises Ramírez, quien impugnó el método de elección de Vázquez Mota.

Los militantes de Acción Nacional llegaron en camiones de distintos municipios, enchamarrados; los menos traían suéteres y abrigos. Pero el ambiente comenzó a calentarse con el duelo de porras; el municipio de Huixquilucan ganó todos los duelos, porque eran y gritaban más recio.

Gritaban: “¡Huixqui-luuu-caaan! ¡Huixqui-luuu-caaan! ¡Huixqui-luuu-caaan!”. Para ese momento los militantes ya habían aventado los abrigos y las chamarras, debido al intenso calor humano del auditorio.

Ella ofreció todo su esfuerzo en la campaña al líder histórico de Acción Nacional: “Don Luis H. Álvarez, te quiero ofrecer lo que va a ser el primer triunfo y alternancia de Acción Nacional en el Estado de México. Va por usted, don Luis”.

Ahí está en tierra priísta, rodeada de la plana mayor, con los Calderón como padrinos de campaña, con la promesa de Ricardo Anaya, en espera de ser cumplida, de que no la dejarán sola.

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