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juan.arvizu@eluniversal.com.mx
L a voz de la razón colma las bóvedas del templo colonial dentro de la SEP, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, al amparo de la representación de la Unidad de América Latina, del muralista Roberto Montenegro, en lo que es el corazón de la educación pública mexicana, y allí el Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, exhorta: “Hoy más que nunca debemos entender y valorar el poder de la palabra”.
La juventud que cultiva el arte de la oratoria recibe el mensaje, junto con personajes que son campeones históricos y para quienes el recinto de gruesos muros es como un instrumento musical, en el que expresan su talento capaz de elevar las emociones del público hasta los vibrantes niveles de la persuasión.
Es un mediodía de marzo, primer viernes del mes. Se conmemora el Día Nacional de la Oratoria, efeméride inscrita en el calendario del Estado mexicano por un decreto expedido hace dos años por el presidente Enrique Peña Nieto, previa aprobación unánime del Congreso de la Unión. El concurso de este año, con el lema “La educación tiene la palabra”, se realizará en Durango, en septiembre próximo, y el gobernador José Rosas Aispuro Torres aquí sella el compromiso de recibir a los participantes.
Las primeras palabras del Licenciado Ealy Ortiz van directas a la urgencia de la coyuntura que sacude al mundo: “La historia reciente nos confirma la imperiosa necesidad de poner en práctica modelos de relación entre personas, instituciones y países, impulsados por líderes que fundamentan su actuar en la lectura, la reflexión, la razón y el diálogo”.
El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, es el anfitrión de la celebración en el Salón Hispanoamericano, una joya en la que destaca el fresco que Montenegro plasmó en 1924, la idea de una revolución que emprendía su etapa de reconstrucción.
El muro de Montenegro exalta a América Latina, muestra a los héroes nacionales y están colocadas las banderas de los países del hemisferio. Esta mañana, junto a la de México está la de El Gran Diario de México, el periódico centenario de la capital.
Aquí están muchos enamorados de la oratoria, el arte en el que el máximo exponente ha sido José Muñoz Cota, ganador del primer concurso de EL UNIVERSAL en 1926, pero también dos años después de que el muralista jalisciense y descendiente de Amado Nervo hubiera dado forma al mapa de América Latina, que en su parte más alta acaba en la frontera norte de México, en la que hoy el presidente de EU, Donald Trump, se propone levantar un muro.
Ealy Ortiz señala que el discurso de Trump, con ataques a la prensa, desplantes e insultos, ha sido socialmente más doloroso. Y es imperiosa la necesidad, dice, de encontrar en la palabra la búsqueda de soluciones que tengan como bandera la paz.
Para construir puentes de entendimiento, el instrumento ideal es la palabra, la oratoria, el debate de las ideas, ha dicho Ealy Ortiz. Y así piensan y hablan también tres campeones de los concursos de oratoria de EL UNIVERSAL y que esta mañana reciben la medalla Félix Fulgencio Palavicini: Raúl Carrancá y Rivas, Genaro Vásquez Colmenares y Jorge Serrano Elías.
El Director General de EL UNIVERSAL, Juan Francisco Ealy Lanz Duret, escucha atento. También hay actividades conmemorativas del Día Nacional de la Oratoria en otros estados.
La celebración aquí incluye la presentación del libro México tiene la palabra, a cargo del presidente del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado, Miguel Barbosa, la historiografía de 90 años del Concurso Nacional de Oratoria de EL UNIVERSAL.
Alicia Pérez Salazar, viuda de Muñoz Cota, y quien también fue discípula del orador mexicano por antonomasia, abraza el libro que tiene sellos editoriales de esta casa y del IBD.
Les ha sido impuesta la medalla Félix Fulgencio Palavicini, de listón tricolor. Genaro Vásquez Colmenares, ganador del concurso en 1952, recuerda al fundador de EL UNIVERSAL, un crítico de la sociedad mexicana.
Y la poderosa palabra de Vásquez Colmenares abarca la sala que, cuando fue templo católico en la Colonia, estuvo dedicada a la Encarnación del Divino Verbo, curiosa coincidencia al celebrarse aquí el Día Nacional de la Oratoria. El oaxqueño describe a Trump por su “embriaguez de la mente”.
Raúl Carrancá y Rivas, campeón en 1954, dice que México está amenazado por una “verborrea desmedida”, con la que se pretende alterar la independencia y soberanía.
Jorge Serrano Elías, primer lugar del concurso en 1967, fue representado por su hija Magda. En un mensaje en video dice que esta experiencia marcó su vida y le dio la plataforma para llegar a ser presidente de Guatemala.
Están aquí talentos de la oratoria como Enrique Soto Izquierdo, a quien los jóvenes oradores que han participado en ediciones contemporáneas lo abrazan y le dicen “maestro”.
Tiene lugar una presentación singular de oradores oaxaqueños, niños menores de 10 años que buscan respuesta a las injusticias en su sociedad. Conducen este esfuerzo los jóvenes Francisco Alejandro Sánchez, Jorge Luis Echaide y Enrique Abisaí Ruiz.
Con ellos, a coro, hablan los niños Alexander Isaí Fuentes, Sebastián Morales, Carla Fernanda García, Victoria Shofía Núñez, Maggye Geraldine Fernández y David Emmanuel Moreno, cuyas frágiles figuras contrastan con su arrojo y potente voz.
Y en la ruta del debate de las ideas, los niños también dicen: “La educación tiene la palabra”.