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Mujeres empoderadas, distinguidas por su talento, fuerza de voluntad y esfuerzo, emocionan al escuchar las palabras en favor de “la unidad donde todos somos iguales”, que expresa el Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz.
A 101 mujeres líderes, reunidas en esta casa editorial, el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz les ha dicho que uno de los grandes retos del Siglo XXI es “separar los conceptos debilidad, obediencia y servidumbre de la palabra mujer”.
Son figuras con trayectoria en la política, academia, justicia, negocios, diplomacia, deportes, espectáculos, cultura, en el diseño y en el ejercicio de políticas públicas. Siguen atentas las palabras de Ealy Ortiz, que se convierten en imágenes de lo cotidiano:
“Hay una forma de perpetuación de la sumisión de las mujeres, vía la cultura, la vida cotidiana que seguimos alimentando”, y que guían la conducta de madres, padres, hermanos, hijos. Dice más de lo que ocurre siempre: “Y se vuelve común la violencia intrafamiliar, y se cree que el maltrato es prerrogativa del marido. Y los padres enseñan a sus hijas que la femineidad es obediencia, y todo eso debe ser cosa del pasado”.
Antes, la señora Perla Díaz de Ealy Ortiz ha dado la bienvenida a las mujeres destacadas en sus ámbitos, y agradece su presencia con motivo de la reciente celebración del Día Internacional de la Mujer, lo cual “hoy festejamos con gran entusiasmo y júbilo”.
Sarita Nerubay Viuda de Zabludovsky, Margarita Zavala, Alejandra Barrales, Elena Poniatowska, Paquita Ramos de Vázquez, Claudia Pavlovich, Guadalupe Murguía, Margarita Luna Ramos, Norma Lucía Piña Hernández, Patricia Mercado son partícipes de la conmemoración de los esfuerzos por la igualdad en México.
La señora Perla Díaz de Ealy Ortiz les ha dicho a las más de 100 participantes: “Como esposa del anfitrión, reconozco su esfuerzo, el ser ejemplo de trabajo, liderazgo y capacidad transformadora”. Y agradece que sean cada una eco de una voz universal incluyente, diversa, amplia, libre y creativa.
Un aliento de libre expresión recorre el salón Félix F. Palavicini con el mensaje del Licenciado Ealy Ortiz, y se abre un diálogo que refleja la importancia de la igualdad por parte de mujeres que agradecen la apertura del espacio a la manifestación de las ideas en el podio de EL UNIVERSAL.
Hablan con decisión, orgullo, calidez, de los esfuerzos porque sea visible y reconocida la mujer; hablan con determinación sobre las denuncias contra abusos e injusticia, y resulta inevitable que señalen la desigualdad al alcance de la mano: “Soy la única rectora de universidad pública”, “aquí está la única gobernadora”, “soy presidenta municipal y no me reconocieron mis derechos”.
Asisten a la reunión el Director General de EL UNIVERSAL, Juan Francisco Ealy Lanz Duret; el director editorial, Francisco Santiago; la Directora de Suplementos Perla Ealy Díaz; la directora de EL GRÁFICO, María Félix Escalante, y Yolanda Cabello, jubilada de esta casa editorial.
Las voces que señalan los desequilibrios son espinas en la realidad mexicana, presentes aquí, en el salón insignia de El Gran Diario de México, que se transforma en ágora en la cual se expresan señoras de grandes trayectorias públicas, jóvenes funcionarias de las ramas de la justicia y los derechos humanos, y niñas, como la deportista con síndrome de Down, Bárbara Bibi Wetzel, y Andrea Lomelí Joaquín, la pequeña de ocho años que tuvo el conocimiento y el coraje para corregir una expresión del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, y que dice, de tú a tú a las señoras, frente a su orgullosa madre, Guadalupe Joaquín: “Si nos lo proponemos, lograremos lo que queremos”.
Queridas por las señoras, ambas niñas han hablado unos momentos. Bibi, quien ha competido con éxito en torneos internacionales, les dice el secreto, que todas comparten: trabajar con disciplina. Alegre, orgullosa, franca, les reporta que cada día desde las siete de la mañana empieza sus entrenamientos de gimnasia. Estudia, entrena, come, entrena, estudia.
La aplauden las figuras de la política de izquierda Claudia Sheinbaum, Rocío Nahle y la panista Xóchitl Gálvez, de signos políticos contrarios, complacidas de la manera en que esta casa editorial reconoce a la mujer mexicana. Julieta Fierro, entre ellas, exclama cuando se acerca a la niña gimnasta: “¡Te quería conocer!”. Deseo concedido.
Y Julieta Fierro, astrónoma, ha sido la primera en la ronda de mensajes que conduce la periodista Elisa Alanís. La mujer que mira las estrellas, que sabe de constelaciones, luz y eternidad vibra al agradecer al Licenciado Ealy Ortiz “que nos abran este espacio tan querido”, y comparte sus palabras, de las que toma impulso para condenar uno más de los errores del Estado: el caso del juez que amparo a un violador de la joven Daphne: “Si nosotros le metiéramos un dedo en su orificio no tendría nada de sexual”.
Retoma los señalamientos de Ealy Ortiz, de que “en casa aprendemos a ser sumisas”, y reconoce en el salón una pléyade de liderazgos que dan ejemplo del cambio en marcha de escenarios, y concluye con una flor para todas: “¡Ustedes son lo máximo!”.
El brío y la energía de la sala recibe una modificación de estilo. Sigue Roberta Jacobson, la embajadora de Estados Unidos. Delgada, alta, con actitud amable, voz dulce, inteligencia estructurada. Diplomática que sopesa las palabras y el tono de expresarlas.
Se suma al contraste de la desigualdad: “Soy la primera embajadora de Estados Unidos en México, y espero no ser la última”. Antes bien, lo opuesto, que más mujeres tengan responsabilidades “es maravilloso”. Y en esta búsqueda de mejores horizontes, señala: “Quiero agradecer y reconocer a la familia Ealy su contribución en apoyo de las mujeres líderes”.
Compartió un consejo de su madre: “Es posible que lo tengas todo, y quizá no todo a la vez”. Y así fue. La gratificación al ser madre no lo tuvo al mismo tiempo que el éxito profesional. La embajadora habla abierta, sincera, exalta los méritos de mujeres en problemas graves, como el que costó la vida de Miroslava Breach.
La diplomática, que ya estaba en la representación cuando llegó Donald Trump, también reconoce “la excelente labor de apoyo a las mujeres en el periodismo”, que otorga la organización Mujeres en Apoyo al Estudio del Periodismo y la Comunicación (MAEPEC), que preside la señora Perla Díaz de Ealy Ortiz.
El ambiente es de libertad. Las señoras que escuchan, sonríen, aplauden, dicen expresiones que hacen suyas las ideas que en esta ágora se expresan. Y lo que sigue es un huracán. Se trata de Sara Ladrón de Guevara, una mujer echada para adelante, que es la rectora de la Universidad Veracruzana, donde denunció corruptelas contra la casa de estudios. ¿Quién puede frenar un impulso como el de ella?
Ya hace bastante rato, al arranque de este encuentro, en el vestíbulo de Bucareli 8, cuando los fotógrafos tomaban la imagen del grupo de las 101 mujeres y el Licenciado Ealy Ortiz, de pronto se oyó un grito: “¡Falto yo! ¡Falto yo!”. Y doña Sara, con todo el tipo veracruzano, se acomodó en un extremo.
¿Puede haber algo más femenino que entrar así? Claro. Qué decir, por ejemplo, del estilo magnético de Maribel Guardia, la amable simpatía de Luz Elena González, la discreción de Jacqueline Broc de Morales Lechuga, la seriedad atenta de Beatriz Pagés, hija de José Pagés, amigo y maestro de Jacobo Zabludovsky, y que conversaba con Sarita Nerubay Viuda de Zabludovsky, una de las primeras en llegar.
La alfombra de bienvenida es rosa, y por ella pasan, por ejemplo, senadoras de la República, como Lilia Merodio, Hilda Flores Escalera, así como Martha Tagle y mujeres de talento del calibre de Carla Estrada. Llega y se irá pronto Delfina Gómez Álvarez, quien se encuentra con Yeidckol Polevnsky.
Inés Sainz, Ana Lilia Herrera, Dione Anguiano, Rosaura Ruiz, Lorena Arriaga de Sandoval, Rosa Icela Rodríguez, que vienen de los diversos ámbitos de la sociedad, al pasar por la alfombra rosa se aproximan al propósito de alcanzar “la unidad donde todos somos iguales”, que ha fijado el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz.
Ha recordado que Estados Unidos estuvo a punto de tener a su primera mujer presidenta, pero “ahora es rehén de un político abiertamente machista”, como Donald Trump.
Al escuchar esto, una mujer de expresiones claras, rotundas y directas, Xóchitl Gálvez, la jefa delegacional en Miguel Hidalgo, comenta en su mesa sobre Donald Trump: “Machista e idiota, está cabrón”.
Son las mujeres en la alfombra rosa de EL UNIVERSAL.