Más Información
Osiel Cárdenas, exlíder del Cártel del Golfo, recibe auto de formal prisión; enfrentará juicio por homicidio
Jóvenes mexicanos pasan más de 2 mil horas al año en el teléfono; OCDE alerta sobre su impacto en la salud mental
Sergio Gutiérrez Luna destaca aprobación de 25 reformas en la 66 Legislatura; "Un logro histórico para la 4T", señala
Secretario de Agricultura reafirma defensa del maíz blanco; "Seguiremos apoyando la producción nacional no transgénica", afirma
¿Maíz transgénero? Rubén Rocha corrige desliz durante discurso en Sinaloa; destaca importancia del maíz blanco
Sheinbaum asegura apoyo total a Sinaloa para enfrentar violencia; "Nunca los vamos a dejar solos, aquí está la presidenta"
Juntar el agua en botes, reutilizarla para la tasa del baño o lavar el patio, son algunas medidas que María implementa para ahorrar el líquido, puesto que sólo los martes y miércoles es suministrada, por lo que ella y su familia de cinco integrantes deben cuidarla para no quedarse sin líquido el resto de la semana.
María, quien lleva 17 años viviendo en la colonia Desarrollo Urbano, en la delegación Iztapalapa, afirma que la situación de escasez en su domicilio comenzó desde hace 10 años, por lo que su familia tuvo que modificar sus hábitos para ahorrar el líquido y reutilizarlo.
“Usamos cubetas para lavar los trastos, el agua sucia la volvemos a usar para jalarle al baño. Para bañarnos ponemos un bote para que caiga el líquido con el que nos enjabonamos y ese lo ocupamos para lavar el patio, tenemos que buscarle porque si no, nos quedamos sin nada”, dice.
María es integrante de uno de los 1.6 millones hogares en el país que recibe agua dos veces por semana, según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi). En el marco del día Mundial del Agua, que se celebra hoy, especialistas urgieron a retomar el debate sobre la Ley General de Aguas, a fin de impulsar una “transformación en la gestión del líquido”, puesto que advirtieron que la situación de este sector es “dramática”, la cual se agrava aún más por el recorte de 70% que este año sufrieron los 2 mil 688 organismos operadores municipales de ese elemento.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) señala que 9 millones de personas no cuentan con servicio de agua potable en México, y 10.2 millones no tienen acceso a saneamiento; mientras que aproximadamente 80% de este recurso se va al desagüe, cuando podría reutilizarse.
Para Cecilia Lartigue, coordinadora ejecutiva del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua de la UNAM (Pumagua), la administración de este recurso es muy importante; sin embargo, al momento de la toma de decisiones políticas “el agua pasa a último lugar”.
Señaló que la infraestructura hidráulica tiene, en promedio, entre 40 y 50 años de antigüedad, lo cual ocasiona fugas, con lo que se pierde 40% de agua en el país.
Problema serio
“Tenemos un problema serio, siempre intervienen cuestiones políticas, falta tomar con más seriedad el problema del agua, reconocer que realmente estamos en una crisis. Esto nos va a alcanzar en menos de 30 años y es un problema muy severo que ya lo estamos sufriendo. Hay muchas colonias que no tienen agua y parte del problema tiene que ver con cómo manejamos el suelo”, dijo Lartigue.
Destacó que las autoridades deben voltear a ver este problema de “manera urgente”, puesto que la situación actual es grave, “la gente se está acostumbrando a vivir así, pero estas cifras en las que 14% de la población dice tener agua las 24 horas el día, es un indicativo de una crisis. Sólo en la Ciudad de México alrededor de 200 colonias la tienen por tandeo”.
Pedro Moctezuma, coordinador general del Programa para la Sustentabilidad del Agua de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), consideró que existe una mala administración del líquido por parte de la Conagua, lo que hace necesario que se retome el debate de la Ley General de Aguas, que incluya la participación de la sociedad civil en todos los estados.
“La Ley General de Aguas es urgente. Desde 2012 les dieron 60 días a los legisladores para la aprobación del dictamen, vamos para el sexto año de gobierno y este debate todavía no se logra concretar, no hay sensibilidad. Se requiere de una transformación de fondo para la gestión del agua en México, por eso estamos tomando la iniciativa de promover leyes estatales donde se pueda realizar el derecho al recurso”, indicó.
La Conagua en su publicación Estadísticas del Agua en México 2016, señala que entre 2015 y 2030 la población del país se incrementará en 16.5 millones de personas, para 2030 el 78.3% de las personas se asentarán en zonas urbanas, lo que incrementará la demanda del líquido. El aumento de la población ocasionará la disminución del agua renovable per cápita a nivel nacional. Se pronostica que de 3 mil 692 metros cúbicos de líquido por habitante al año que se recibe hoy, para 2030 esta cantidad sea de 3 mil 250 metros cúbicos por persona.
“Será necesario realizar acciones para reducir su demanda, a través del incremento en la eficiencia del uso del agua para riego y en los sistemas de distribución en las ciudades.
Deberán incrementarse significativamente los volúmenes de agua residual tratada y su reúso, que aumenten la disponibilidad y calidad del líquido para los fines a los que sean destinados”, advirtió.
El Inegi destaca que el valor del agua consumida a nivel nacional es de más de 35 mil millones de pesos, de los cuales 33 mil millones de pesos provienen del sector agrícola, explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza, seguido del de minería que consume 951 mil 595 pesos; y del de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas, cuyo consumo representa 828 mil 992 pesos.
Más cultura y mejor administración del agua
Lartigue comentó que de manera natural el agua se concentra en el sureste del país por las condiciones geográficas; sin embargo, las grandes ciudades se han desarrollado en territorios secos, con poca lluvia.
Aclaró que la administración que cada uno de los organismos operadores de agua hacen en los estados y municipios, es diferente, por lo que una zona seca no necesariamente debe ser una región con poca disponibilidad de agua.
“Encontramos que una de las ciudades más eficientes en la gestión de agua potable es León, Guanajuato, y está en una zona seca, es de las mejores en términos de sus indicadores en cuanto a eficiencia y cobertura, número de horas con servicio. En cambio, nos vamos a zonas donde aparentemente hay mucha agua y la gente no tiene líquido corriente en sus casas, son dos cosas distintas. Acapulco, Guerrero, tiene un pésimo servicio”, explicó.
Enfatizó que el cuidado de ese recurso es responsabilidad tanto de los gobiernos como de los ciudadanos.
“A las autoridades les tocaría renovar la infraestructura, hacer una mejor gestión del agua, transparentar el uso de los recursos, así como las condiciones del agua que se suministra, sobre cuánto estamos consumiendo, cuánto se consume en las diferentes ciudades y la calidad del elemento que se suministra”.
Datos del Inegi señalan que hasta 2015, el porcentaje de viviendas particulares habitadas que contaban con servicio de agua entubada fue de 94.6%. Un 92.8% contaban con el servicio de drenaje. Las entidades con el menor porcentaje de acceso al agua entubada son: Oaxaca, con 85.5%: Guerrero, 84.6%; Chiapas, 87.2%;Veracruz, 86.8%, y Puebla, con 93.0%.
Dispendio en la Ciudad de México
La coordinadora ejecutiva del programa Pumagua expuso que sólo en la Ciudad de México una persona gasta en promedio 150 litros de agua diarios, cuando a nivel internacional la cantidad suficiente es entre 100 y 150. Estimó que si todos los hogares de la capital del país comenzara a implementar medidas para ahorrar el líquido, como es bañarse en menos tiempo, instalar muebles ahorradores, regar el jardín cuando no pegue el sol, cerrar la llave mientras se lavan los dientes y lavar el coche con cubetas, se podría ahorrar el equivalente a llenar 60 veces el Estadio Azteca al mes, cantidad que podría distribuirse a 4 millones de familias.
Pedro Moctezuma apuntó que organizaciones de la sociedad civil están preparando una iniciativa ciudadana de Ley General de Aguas que garantice el derecho humano al líquido, al saneamiento y terminar con la contaminación, así como implementar mecanismos que acaben con la impunidad para quienes contaminen los recursos hídricos.
“La iniciativa está lista, estamos esperando que inicie el debate. Es una ley hecha con mucho cuidado por más de 400 expertos de 26 estados, que abarca todos los temas donde se proponen una serie de prioridades: agua para todos, de calidad, freno al minado de acuíferos, sobreexplotación, política que establece una gestión que prevenga ante la vulnerabilidad de sequías e inundaciones”, añadió.
En estados como Tabasco, Baja California, Morelos, Puebla, Quintana Roo, Estado de México, Durango, Coahuila y Veracruz se han realizado foros para consultar la iniciativa ciudadana y para generar leyes estatales, a fin de tener una mejor gestión del recurso.
El investigador de la UAM destacó que es “urgente” analizar el tema del agua: “Tan sólo en la Ciudad de México hay un millón 600 mil personas sin acceso al líquido de manera regular, esto se trata de un porcentaje altísimo que casi araña 20% de los capitalinos, es un panorama difícil con muchos retos”.
Aunque por años vecinos han hablado con las autoridades delegacionales para regularizar el suministro de agua, María, con un tono de resignación, dice que no han hecho nada y que hasta se han acostumbrado a que el agua sólo sea abastecida dos veces por semana. Hace tres años tuvo que gastar 20 mil pesos para construir una cisterna para “no sufrir tanto”.
“Tengo vecinos que si se han ido a quejar, yo no, para qué, si pasan los años y sigue igual, cuando me cambié a esta colonia hace 17 años, el agua si estaba bien, pero hace como 10 años empezó a fallar. No nos queda de otra más que administrarla”, expresa.
La cisterna que construyó en su domicilio le permitió ahorrar de mejor manera el agua, aunque su familia debió adaptarse para juntar el líquido y reutilizarlo en los quehaceres domésticos. Hoy en día ven como algo normal que sólo reciban el agua dos veces por semana.
“Nos hemos acostumbrado, antes de la cisterna si sufríamos por el agua, porque nos quedábamos más días sin el recurso. La cisterna es más o menos de 5 mil litros, con eso nos ajustamos”, asegura.