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En forma de una ave, una jaguar, serpiente, perro o comadreja, pero también como el viento, bola de fuego o meteoro, existen en nuestro país una amplia variedad de personajes con poderes místicos, magos con capacidad para ocultarse entre el bien y el mal.

Entre ellos se encuentran los chamanes, hechiceros y curanderos y que tienen el poder de convertirse en nahuales.

Se puede decir que en prácticamente todos los pueblos y ciudades en México se tienen al menos un tipo de nahual. Al rededor de esta figura de naturaleza misteriosa y elusiva se pueden encontrar todo tipo de relatos.

Algunos cronistas del México prehispánico como Ruiz de Alarcón y Jacinto de la Serna derivan el nombre del verbo nahualtía que significa "esconderse, ocultarse"; Roberto Martínez González, en su texto “El nahualismo”, relata sobre el origen de la palabra que "el nahualli propiamente se llama brujo, que de noche espanta a los hombres y chupa a los niños.

El que es curioso de este oficio bien se le entiende cualquier cosa de hechizos, y para usar de ellos es agudo y astuto; aprovecha y no daña. "Es maléfico y pestífero de este oficio hace daño a los cuerpos con los dichos hechizos, y saca de juicio y ahoga; es embaidor o encantador. El hombre que tiene pacto con el demonio se transfigura en diversos animales, y por odio desea la muerte a los otros, usando hechicerías y muchos maleficios contra ellos, por lo cual él viene a mucha pobreza, y tanta, que aun no le alcanza tras qué parar, ni un pan que comer en su casa; al fin en él se junta toda la pobreza y miseria, que anda siempre malaventurado", afirma el estudioso.

La investigadora Isabel Lagarriga Attias, del departamento de Etnología y Antropología Social del señala que la figura del los nahuales surge en el México prehispánico, conceptualizado como "un mago que puede transformarse en otro ser" y que “se convierte, principalmente, en animal: jaguar, serpiente, ave, perro, comadreja, etc., aunque también es factible que entre sus metamorfosis tengamos la de viento, bola de fuego o meteoro, es posible que aparezca como un ser pequeño con forma humana”, “se pensaba también que durante su gestación desaparecía 4 veces del vientre de su madre”, asegura la especialista en su texto El Nahual y El Diablo en la Cosmovisión de un Pueblo de la Ciudad De México.

La investigadora del INAH detalla sobre la naturaleza de estos seres, “el nahual podía hacer el bien o el mal. En el primer caso se consideraba que era sabio, adivino, poseedor de discursos, auxiliador de sus semejantes, desencadenador de la lluvia y repeledor del granizo, mientras que el nahual maligno se caractetizaba por tener hechizos para seducir, lanzar conjuros y turbar a la gente”.

Sobre los procedimientos para llegar a ser nahual, van desde la herencia de poderes paternos, la realización de ejercicios, uso de drogas, hasta lectura de libros de magia o hasta revolverse en ceniza, la mayor parte de las veces, el cuerpo del nahual se convierte en animal, pero en ocasiones se cree que simplemente permanece dormido sin transformarse, mientras ejerce su acción desdoblándose en animal, relata la investigadora.

Relatos sobre estos peculiares personajes se pueden encontrar en distintas regiones de nuestro país, principalmente entre las culturas de lengua náhuatl.

nrv

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