Científicos del Instituto de Física y de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) elaboran un estudio técnico sobre el icónico mural de Diego Rivera “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, el cual se encuentra en el Museo Mural Diego Rivera en el centro de la Ciudad de México.

Se trata del primer estudio técnico a detalle que se lleva sobre la obra de Rivera, la cual cumplirá este año su 70 aniversario y tiene dimensiones de 4.75 por 15.67 metros, a decir de los investigadores universitarios “el objeto más grande” con el que el IIF ha trabajado en un análisis similar.

El mural ha sobrevivido ataques vandálicos, el temblor de 1985 e incluso el complejo traslado desde el Hotel del Prado, el cual estuvo a punto de colapsar a raíz del terremoto del 19 de septiembre.

Para no dañarlo en esta revisión técnica, el equipo del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural de la UNAM determinó que era necesario evitar tocarlo o hacerle lo menos posible; para lograrlo, se optó por una metodología basada en la imagenología, que consiste en exponer a los objetos a luz visible, infrarroja o ultravioleta, por ejemplo, se considera que esta técnica es una de las menos invasivas que existen para realizar este tipo de trabajos.

“Consiste en registrar fotográficamente una pieza bajo iluminaciones variadas. Debido a que los materiales responden de manera distinta a la luz que incide en ellos, es posible diferenciar los pigmentos presentes en la obra, las alteraciones a que fue sometida e incluso fisuras difícilmente perceptibles por otra vía”, detalló el investigador José Luis Ruvalcaba Sil, a cargo del proyecto.

Los investigadores dividieron el mural en diferentes secciones y luego tomaron cientos de fotografías con luz infrarroja, luego luz ultravioleta y después con un método llamado infrarrojo de falso color de cada una de ellas; después unieron las fotografías como si fueran un rompecabezas, procesarlas a través de la técnica de imagenología y realizar el análisis correspondiente.

El estudio permitirá hacer una caracterización precisa del mural “Sueño de una tarde dominical” y permitirá establecer un nuevo punto de partida en el manejo y preservación del patrimonio nacional para conocer cómo se deberían abordar los acervos culturales del país.

“Ello nos permitió determinar algunas cuestiones prácticas cómo cuántos pigmentos se emplearon en la obra y dónde hay fracturas, alteraciones y repintes, aunque también nos reveló algunos aspectos técnicos sobre la elaboración del mural. Fue como asomarnos un poco a su pasado”, señaló.

En 1948, la obra debió ser restaurada por primera vez después de que un grupo de estudiantes de Ingeniería de la UNAM ingresó al Hotel del Prado con el objetivo de destruir el mural a martillazos, después de que Rivera incluyó en él la frase “Dios no existe”; los jóvenes también intentaron destruir el retrato que el muralista incluyó de sí mismo como niño. Aunque el mural fue restaurado, el análisis imagenológico encontró rastros del daño ocasionado hace casi 69 años.

El mayor riesgo para la obra fue después del 19 de septiembre de 1985, cuando el terremoto tumbó el edificio del hotel y fue necesario remover y levantar el mural que tiene un peso de 35 toneladas, para poder trasladarlo.

“Por registros históricos sabemos que Rivera empleó una estructura metálica como soporte a su fresco, lo que posibilitó esta remoción, pues la obra no estaba integrada a las paredes del extinto Hotel del Prado. Para saber más del estado de la pieza también le hicimos una radiografía digital, lo cual es novedoso; esta radiografía nos mostró deformaciones en la malla que hay en su interior, probablemente provocadas por el sismo, y además constatamos que justo en esa zona es donde el mural registra más fracturas”, explicó el investigador.

afcl

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