justiciaysociedad@eluniversal.com.mx

Samah Abdulhamid estudiaba arte en la Universidad de Damasco cuando la Guerra Civil en Siria —que inició en marzo de 2011— la orilló a abandonar su país. Ella salió en 2013 de su tierra natal rumbo a Líbano, iba a participar en un evento con otros pintores sirios.

Decidió que sólo regresaría a su país para despedirse de su familia. Con unas cuantas pertenencias emprendió la búsqueda de otras oportunidades para continuar sus estudios.

Ahí conoció el Proyecto Habesha, iniciativa con la que pudo llegar ayer a México como estudiante y no como refugiada, según la definen sus papeles migratorios.

Luego de un vuelo con cuatro escalas, la última en La Habana, Cuba, Samah apareció frente al grupo de personas que la esperaban en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México.

Jóvenes con pancartas con los hashtags de la campaña de bienvenida que esperaban su arribo, resaltaban en las cartulinas los mensajes: “Mi casa es la tuya”, #EnMexicoSiSePuede, #AquiNoHayMuros.

Samah, quien es originaria de Tartus, ciudad ubicada en la costa mediterránea de Siria, es artista, hace capoeira, toca los tambores, pinta y baila. Ella siempre ha sido alojada desde la salida de su país.

En Beirut, capital de Líbano, ha trabajado como voluntaria y operadora humanitaria en campos donde viven refugiados sirios, principalmente niños que se vieron obligados a abandonar su país.

Recién llegada a la ciudad de Beirut, la joven que poesee unos profundos ojos azules declaró a la revista alemana Spiegel, que tras dejar la guerra en Siria sentía que era “como estar en algún tipo de coma, no puedo hacer otra cosa que pintar, a pesar de que es muy difícil expresar lo que está sucediendo ahora en términos artísticos. Lo que puedo hacer es no ser violento, pero al mismo tiempo me siento realmente indefensa”.

Por eso, ahora Samah sólo quiere terminar sus estudios en arte en tierras mexicanas.

“Quiero estudiar y descubrir este país”, dijo en inglés la joven a representantes de los medios de comunicación a los pocos minutos de su llegada a la Ciudad de México. Sin dejar de sonreír cada que podía, aseguraba que estaba muy feliz de estar aquí.

Samah se mostró cansada y fueron pocas las preguntas que quiso responder, sobre todo, rechazó las relacionadas con las políticas migratorias lanzadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, a las que dijo que no tenía nada que decir. Lo mismo ocurrió al pedirle que diera su opinión sobre la situación de Siria a más de seis años de que iniciara la Guerra Civil.

Ofreció su mejor sonrisa cuando se le pidió su opinión sobre la comida típica de México que más le gustaría probar. La joven respondió que no sabía, que aún no conocía mucho de este lugar, pero los presentes le sugirieron los tacos.

Samah forma parte del grupo de los 30 estudiantes de origen sirio que la iniciativa mexicana Proyecto Habesha quiere traer al país para que concluyan sus estudios y, en un futuro, que regresen a su nación para que contribuyan en la reconstrucción de las ciudades y poblaciones afectadas por el conflicto bélico en contra del gobierno del presidente Bashar al-Asad.

Aunque esta joven es la primera mujer siria en llegar a México, no es la única estudiante que se encuentra en el país, cinco varones de esa nacionalidad realizan sus estudios de licenciatura y maestría en las universidades con las que Habesha ha logrado convenios (Iberoamericana, Tecnológico de Monterrey, Anáhuac, Del Valle de México) con becas al 100% y planes de estudio flexibles para la integración de los estudiantes.

Según Adrián Meléndez, fundador de Habesha, se espera que en este mes arriben cuatro estudiantes más, que se encuentran a la espera de las condiciones migratorias y de los fondos (160 mil pesos) para su traslado a México.

Essa Hassan, el primer estudiante sirio en llegar al país, acudió al aeropuerto para darle la bienvenida a su connacional, que tras unos días en la Ciudad de México viajará al estado de Aguascalientes para iniciar sus clases de español y después de unos meses integrarse al plan de estudios de la universidad que le sea asignada por Habesha.

Google News

Noticias según tus intereses