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“Ante el terror de la administración Trump, la iglesia católica, en ambos lados de la frontera, apela a la unión”, afirmó la Arquidiócesis Primada de México, a través del editorial publicado en el semanario Desde la Fe, en el que reiteró los compromisos acordados durante el primer Encuentro bi – anual Tex – Mex, por los obispos de Texas y México.
Estos acuerdos consisten en ofrecer servicios “de calidad a los migrantes, que implica lo espiritual, lo legal, la asistencia material y familiar”, y mantener la presencia constante en campos de detenciones, casas y centros de asistencia a migrantes desde la frontera sur de México hasta todo Estados Unidos, y “porque, ante esta ola de desconfianza y traición, las iglesias y templos se han convertido en el único refugio seguro donde se les puede dar garantías para proteger sus derechos legales”.
Durante su estancia en Dallas, Texas, el cardenal Norberto Rivera Carrera señaló que la sociedad e iglesia deben priorizar la superación de las condiciones generadas por los climas de pobreza, violencia e injusticia que han obligado a personas, familias y comunidades enteras a emigrar. “Esto es, efectivamente, la causa de los males y deuda hacia los migrantes. Pobreza en comunidades donde lo más elemental no llega, violencia que desplaza a los habitantes e injusticia por no recibir lo que les pertenece, como es el caso de los exbraceros”.
Al respecto de los exbraceros, el texto apuntó que “la historia nos enseña cómo las condiciones políticas no han sido favorables para quienes alguna vez dejaron la tierra natal para mejorar sus condiciones de vida” y recordó que cada año los trabajadores migratorios mexicanos que prestaron servicios laborales en los Estados Unidos, entre los años de 1942 y 1964, ruegan a los diputados del Congreso de la Unión el otorgamiento de los pagos que legalmente les corresponden por esos años de servicio. “Su peregrinación topa con la falta de sensibilidad política y humanitaria, y fideicomisos sin fondos al regatear lo que por derecho les corresponde”. Aseguró que en 2016, una sentencia del Poder Judicial de la Federación obligaría a las autoridades a devolver los salarios retenidos de los exbraceros, los cuales ascenderían a más de 5 billones 90 mil 231 millones de pesos por intereses generados en 65 años de adeudo.
Se pide porque no se vea a los migrantes como una fuente de remesas anuales por más de 24 mil millones de dólares, sino como seres humanos.
En el texto editado por la arquidiócesis primada de México se detalló que debido a las órdenes ejecutivas que ha firmado el presidente Donald Trump, en el país vecino se vive “un ambiente hostil, de inseguridad, incertidumbre y terror contra miles de personas a quienes se les imputan delitos y condiciones de criminalidad solo por tener una situación migratoria irregular”, añadió que la aplicación de estas medidas tienen un resultado lamentable, el primero y más doloroso es la separación de familias enteras cuando los padres son deportados, lo que deja a los hijos en un estado de indefensión. “La suerte última es ponerlos en adopción, cuando en realidad tienen padre y madre, aunque con el único “delito” de carecer de la ciudadanía de los Estados Unidos de América”.
Para culminar, se exigen soluciones legales, políticas y sociales en favor de los connacionales; “México requiere de la urgente redención de la política migratoria para desarrollarla integralmente. El futuro de los migrantes ya nos endosa documentos de difícil cobro y reparación. Esto puede ser una pesadilla, pero en la esperanza cristiana representa un reto para vislumbrar un futuro más prometedor. Los migrantes salieron de su país en busca de un sueño. ¿Estamos preparados para ofrecerlo?”.
afcl