Obispos de México y Estados Unidos pidieron que los migrantes sean respetados por el derecho internacional y por cada país, dado que muchas veces “se encuentran entre la espada y la pared ante la violencia, la criminalidad, las políticas inhumanas de gobiernos, y la indiferencia del mundo”.
Asimismo, los religiosos católicos afirmaron que la migración es un fenómeno global de causas económicas y sociales.
“Independiente de su condición migratoria, los migrantes, como toda persona, poseen una dignidad humana intrínseca que debe ser respetada. Es común que sean sujetos a leyes punitivas y al maltrato por parte de las autoridades, tanto en países de origen, como de tránsito y destino. Es necesaria la adopción de políticas gubernamentales que respeten los derechos humanos básicos de los migrantes indocumentados”, expresaron.
En la reunión Tex-Mex que se realiza en San Juan Del Valle, en la diócesis de Brownsville, Texas, los obispos de ambos países acordaron mantener su presencia en sitios de detenciones, casas y centros de asistencia a migrantes desde la frontera sur de México hasta todo Estados Unidos; asimismo, continuarán brindando atención legal, familiar, material y espiritual a las personas en tránsito hacia el país del norte.
Durante este segundo día de trabajos, los 10 obispos norteamericanos, los 9 mexicanos, y el nuncio apostólico en Estados Unidos, Christophe Pierre, visitaron el albergue de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en Brownsville, y el centro de detención de migrantes indocumentados de McAllen; además, oficiaron una misa en la Basílica de Nuestra Señora de San Juan del Valle, la cual fue presidida por Pierre.
Al término de la misa, los obispos de ambos países emitieron un pronunciamiento en el que reiteraron el compromiso de la Iglesia católica en el acompañamiento y cuidado de los migrantes puesto que reconocen el derecho de todo pueblo a condiciones dignas para la vida humana y de no encontrarlas migrar a otros territorios.
“Nos comprometemos, como obispos representantes de ambas conferencias episcopales, a dar acompañamiento y seguimiento a las situaciones que sufren nuestros hermanos migrantes en estos momentos”, indicaron.
Señalaron que muchos de los migrantes viven bajo la amenaza de la constante deportación y han soportado “el peso del temor” de una posible deportación, situación que se ha vuelto más marcada ante las medidas migratorias del gobierno de Donald Trump.
“Esta realidad está siendo hoy muy marcada, ante las medidas que las autoridades civiles están tomando, pues palpamos el dolor de la separación de las familias, pérdida de trabajo, persecuciones, discriminación, expresiones de racismo, deportaciones innecesarias, que paralizan el desarrollo de las personas en nuestras sociedades y el desarrollo de nuestras naciones, dejándolas en el vacío y sin esperanza”, dijo.
A la reunión Tex-Mex acuedieron los obispos de Saltillo, Matamoros, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Casas Grandes y Nuevo Laredo, así como el responsable de la Dimensión de Movilidad Humana, Guillermo Ortiz Mondragón, y el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Alfonso Miranda Guardiola.