Es necesario que los gobiernos, la sociedad y la Iglesia demos prioridad a la superación de las condicionantes que generan los climas de pobreza, violencia e injusticia que obligan a personas a migrar, afirmó Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México.

Al pronunciar su homilía en el 26º Taller para obispos de The National Catholic Bioethics Center, el cardenal indicó que no podemos cerrar los ojos a las situaciones difíciles que afrontan los migrantes en su transitar hacia los Estados Unidos las cuales en ocasiones “les cuestan la vida”, en especial cuando se encuentran con “polleros” que aprovechándose de sus necesidades ofrecen medios de transporte que resultan ser “trampas mortales”.

“Los obispos mexicanos unidos a los obispos de este gran país que nos hospeda hemos hecho un llamado apremiante a todos los hombres de buena voluntad para sensibilizar y buscar caminos de solución ante el fenómeno y la tragedia de los migrantes. Es necesario que los gobiernos, la sociedad y la Iglesia demos prioridad a la superación de las condicionantes que generan los climas de pobreza, violencia e injusticia que obligan a personas, familias y comunidades enteras a emigrar”, dijo.

Comentó que los obispos de Estados Unidos, de México, Centro América y las Antillas han pedido a los fieles católicos que apoyen a sus respectivos gobiernos para que establezcan un enfoque de derechos humanos en materia de migración y para que en sus políticas eviten criminalizar la migración y su vinculación con el terrorismo.

Ante obispos norteamericanos reunidos en Dallas, Texas, Rivera Carrera dijo que los migrantes no sólo enfrentan los peligros en su tránsito hacia los Estados Unidos sino que una vez que llegan a ese país comienzan “un nuevo calvario” debido al desprecio de los habitantes de la ciudad en la que se establecen, además de que padecen el desconocimiento de la lengua o de las costumbres, el desarraigo familiar y la soledad en que se encuentran, aunado a la falta de dinero para tener habitación digna o lo básico para alimentarse.

“Si bien es cierto que hay quienes logran alcanzar su ideal, no podemos cerrar los ojos ante las situaciones difíciles que deben afrontar y que en ocasiones les cuestan la vida sobre todo cuando se encuentran con "polleros" que aprovechándose de sus necesidades ofrecen medios seguros de transporte que no son más que trampas mortales”, apuntó.

El prelado comentó que cuando una sociedad no fomentar la Ley moral se pierde de llevar al ser humano a su plenitud, la cual es la finalidad de la sociedad; reconoció que aunque es difícil vivir la norma moral esto no quiere decir que no haya situaciones de “tremendo dolor y angustia, que no haya situaciones en las que a veces parecería que la única salida es el mal”.

“Debemos tener la voluntad de perseverar en el camino del bien buscando soluciones buenas. Es como si nuestra sociedad se rindiese ante los tremendos problemas de la pobreza, del desempleo, de los niños de la calle, con la excusa real de que hay muchos y que es muy difícil solucionar estas situaciones. Sería un error dejar de buscar soluciones, o de hacer todos los esfuerzos y sacrificios necesarios para lograr erradicar el problema”, expresó.

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