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Si se le pudiera describir con una sola palabra, esta sería intensidad. Miguel es un hombre intenso, dinámico, va corriendo: “Diría que soy un hombre movido, porque tengo esposa y cuatro hijos de 14, 16, 20 y 23 años, y hay que darle duro para sacarlos adelante.

“Hace poco, por ejemplo, mi hijo mayor chocó y pudimos librarla empeñando de nuevo por doceava vez la misma medalla que un día mi padre me regaló. De lo contrario mi hijo estaría en rollos legales, demandas, esas cosas por el choque que tuvo… Hablé con el tipo con el que chocó y llegamos a un acuerdo, vine a empeñar la medalla, me dieron una lana y con esos arreglamos lo del coche, y paramos la denuncia”.

Miguel relata que siempre empeña lo mismo: un anillo de compromiso que su madre le regaló a su esposa y una medalla de su padre, que era periodista y que recibió por parte del Sindicato de Periodistas cuando trabajaba en un diario de la Ciudad de México. “Mi padre, Rubén Mondragón Canto, me regaló su medalla de oro en vida, ¡ y no tienes idea cuántas veces me ha sacado de apuros!”, asegura quien labora cerca del Metro Hidalgo.

“Viene una fiesta o sales de viaje y el empeño me ayuda para que no tengamos que viajar superapretados de lana”, relata.

Esa mañana, Mario ha recuperado la medalla y el anillo de nuevo.

“Pagué 5 mil 624 pesos por recuperarlas y las tengo conmigo, ni hablar, el empeño funciona para nosotros los jodidos cuando así lo necesitamos”.

Miguel muestra su medalla y los papeles de los refrendos con los que ahora ha recuperado sus joyas.

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