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“No es justo que nos obliguen a hacer esta prueba, dicen que es voluntaria, pero a mi me dijeron que si no venía me correrían”, afirmó la profesora Guadalupe Torres, quien asistió al Centro de Desarrollo Informático Arturo Rosenblueth para realizar la evaluación de desempeño docente de la SEP.
Ayer se aplicaron evaluaciones reprogramadas, es decir, que todos aquellos profesores que no pudieron acudir en los últimos cuatro fines de semana se dieron cita en las 10 diferentes sedes de la Ciudad de México para ser evaluados en total participaron 643 docentes.
Los maestros empezaron a llegar minutos antes de las 8:00 horas a este recinto, ubicado en avenida Politécnico Nacional.
A pesar de que este diagnóstico es de carácter voluntario y algunos profesores coinciden en que es una oportunidad para estar actualizados y para buscar por lo menos un aumento de 35% sobre su sueldo base, otros se dijeron inconformes y denunciaron que en sus centros de trabajo los amenazaron con removerlos de su puesto si no aplicaban la evaluación que mide sus habilidades pedagógicas e intelectuales.
Como Lilia Fuentes, profesora de secundaria, quien aseguró: “A mí me mandaron a llamar por diagnóstico, no vine por voluntad”, y agregó que la prueba es confusa.
A su vez, una maestra de Inglés resaltó: “Claro que yo no vine por voluntad, fui seleccionada a fuerza en la primer ronda, como no sirvió el sistema y se perdió mi evaluación, no acredité y ahora tengo que cubrirlo de forma obligatoria”.
Por su parte, el mentor y licenciado en enseñanza Fernando Téllez, aseguró que no tiene problema en que lo evalúen, pero exige una capacitación, además señaló que esta es la segunda vez que presenta la prueba, luego de que en la evaluación anterior el sistema en donde subió sus evidencias colapsó y le argumentaron que por ello no aprobó la misma.
Lamentó que se evalúe de esta forma al cuerpo docente del país, puesto que afirma que no es suficiente para saber si un maestro es bueno para dar clases o no, y remarcó que al frente de la Secretaría de Educación se necesita a un profesor con experiencia que los pueda guiar, y calificó a este examen de desempeño como un acoso.
“Quién debería estar al frente de la secretaría debería ser un profesor con experiencia, no un muchachito como Nuño que no sabe cómo está la situación en las escuelas públicas”.
Expresó que no está en contra de que se les evalúe, pero exige que los capaciten y “que nos quiten la etiqueta de que somos profesores flojos, porque ya caímos en un acoso y atropello. Yo como maestro primero enseñó, luego evaluó”, dijo.
La aplicación de esta prueba duró ocho horas. Los profesores tuvieron un receso de una hora a la una de la tarde y concluyeron a las 18 horas, en ese momento el sistema cerró.