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Juan Carlos Aceves, tiene 13 años de edad y 40% de su cuerpo quemado como consecuencia de la explosión en el mercado de pirotecnia de San Pablito este martes en Tultepec, Estado de México.
El día del accidente fue trasladado al Hospital Materno Infantil de Xochimilco y hace unas horas fue enviado al Shriners Hospital for Children, en Galveston, Texas, por medio de la gestión de la Fundación Michou y Mau.
Virginia Sendel de Lamaitre, presidenta fundadora de esa institución, dice a EL UNIVERSAL que es “lamentable que continuemos atendiendo accidentes por pirotecnia; los padres no deben permitir que sus hijos jueguen con cohetes".
Lo ocurrido en Tultepec es un lamentable accidente, aseguró; lo que ahora corresponde en este caso es conseguir los apoyos para trasladar a los niños quemados y continuar insistiendo en las campañas de prevención.
“Entiendo que en México la pirotecnia es un oficio ancestral, sé que en Tultepec vivían más de 300 familias de la venta de estos artefactos. Era un mercado autorizado para la venta de cohetes y se hizo un esfuerzo maravilloso al hacer que los puestos fueran de concreto y estuvieran separados, pero también se cuelan piratas en los mercados. Se hará una investigación al respecto”, expresó.
Los primeros niños apoyados por la Fundación Michou y Mau para su atención en Galveston son Aurelio Flores Estrada, un joven de 16 años de edad con 70% de su cuerpo quemado; Pamela Romero, con 90% de la superficie corporal quemada, y Silvia Rodríguez, también con 90% de quemaduras en su cuerpo. En el caso de Pamela Romero, sus padres aún no han aparecido.
Lea más de esta historia en la edición de EL UNIVERSAL del 22 de diciembre de 2016