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Este año el número de peregrinos que asistieron a la Basílica de Guadalupe estableció un nuevo récord al alcanzar los 7 millones 196 mil 700 personas, quienes, sin importar el cansancio de pasar la noche sobre cobijas y a la intemperie, cumplieron su deseo de inclinarse ante los ojos de su Morenita del Tepeyac para agradecerle los favores concedidos este año y pedir que el próximo los conserve con vida y salud.
Víctor Hugo Lobo Román, delegado en Gustavo A. Madero, dio por concluido el operativo Misión Peregrino 2016 y declaró saldo blanco tras el resguardo de 7 millones 196 mil 700 personas. Calificó de “histórica” la afluencia de fieles que acudieron a celebrar el 485 aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
El dispositivo de seguridad de cinco días concluyó alrededor de las 19:00 horas de ayer.
Antes de las 08:00 de la mañana, los fieles comenzaron a enrollar las cobijas con las que se cubrieron del frío de la madrugada de este 12 de diciembre, después de haber pasado toda la noche esperando para saludar a la Virgen. La madrugada del viernes, tras llevarle “gallo” a la Virgen, hubo quienes tuvieron que improvisar su dormitorio sobre el carril del Metrobús, estación Basílica, y otros, los que llegaron desde el domingo por la tarde, pernoctaron en el atrio guadalupano.
Ayer por la mañana, el flujo de peregrinos fue constante puesto que así como entraron a la Basílica por la Calzada de Guadalupe salieron entre un vaivén de rezos y alabanzas que parecía interminable. Quienes venían en procesión lo hacían cantando y bailando, felices y devotos le dedicaban lo mejor de su alegría a la Virgen del Tepeyac; la mayoría de ellos llegaban cargando sus imágenes, cuadros y figuras de “la Morenita” y San Judas Tadeo a la espalda. Las estatuas, algunas casi tan altas como sus propios dueños, las traían protegidas con plástico para evitar daños en caso de lluvia, pero también las llevaban engalanadas con rosarios y algunas hasta con capas. Los cuadros de la Virgen los llevaban cargados en la espalda, adornados con luces y guirnaldas de colores brillantes y grandes rosarios al cuello, como el kit católico de la adoración.
En Calzada de Guadalupe los comerciantes hicieron su agosto y vendieron comida, todo tipo de recuerdos, flores, rentaron baños o espacios en las calles aledañas a la Basílica. En Montiel y Garrido, por ejemplo, los arreglos de rosas costaban entre 80 y 130 pesos. Más cerca de la Basílica el costo de media docena de rosas subió hasta 40 pesos.
Al recinto llegaron todo tipo de personas, mujeres y hombres ataviados con sus atuendos indígenas, jóvenes con vestimentas inspiradas en el reggaetón, familias enteras cargando a sus bebés y sus imágenes religiosas, e incluso peregrinos que estaban buscando recursos para regresar a sus pueblos de origen.
Eso fue lo que le pasó a Martín, un joven de Atlixco, Puebla, quien contó que le robaron su mochila en la que traía su celular y el poco dinero que le quedaba para volver a casa, tras una peregrinación de más de tres días.
Tampoco faltaron las tradicionales danzas prehispánicas ni los bailes regionales de Guerrero o Morelos. Las bandas de viento entonaron canciones como La Guadalupana.
La delegación Gustavo A. Madero reportó que la cifra total de atenciones médicas durante el operativo fue de 5 mil 229 y las causas más comunes fueron cansancio, deshidratación, heridas en pies y rodillas, y alteraciones en los niveles de glucosa y presión arterial. Tras la celebración guadalupana los fieles emprendieron su regreso a casa.