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De acuerdo con datos del Inegi, las entidades con mayor número de funerarias en el país se pueden dividir en cuatro grupos que las concentran por cientos.
Casualidad o no, destacan estados que en los últimos años cobraron notoriedad por el alza en sus índices de violencia relacionados con el crimen organizado.
El primer grupo lo encabeza el Estado de México, con 588 funerarias; le sigue Jalisco, con 513.
En el segundo están aquellos que tienen de 200 a 400 funerarias. Destacan la Ciudad de México, con 371, y Guanajuato (cuya violencia creció este año), con 320.
Entre las entidades con crimen organizado están Veracruz, con 295; Michoacán, 271, y Nuevo León, 201.
Padilla, titular del Consejo Mexicano de Empresas de Servicios Funerarios (Comesef), consideró que si bien hubo un crecimiento del negocio en algunas plazas, eso no significa que el sector se hizo rico.
La prensa documentó —entre 2008 y 2010— que algunos grupos del crimen atacaron a sus rivales en velorios y entierros. Incluso grupos funerarios del norte del país se vieron obligados a pagar derecho de piso.
Un tercer conjunto con menos de 200 funerarias por estado, engloba a las zonas norte y centro. Destacan estados como Chihuahua (186), Coahuila (147), Sinaloa (115) y Tamaulipas (131).
En el cuarto grupo están los estados con menos de 100 funerarias. Sobresalen entidades como Baja California, con 99; Guerrero, 93; Durango, 79, y Colima, entidad que aunque sólo reporta 29 negocios, cobró relevancia a finales de 2015 por ser tierra en disputa por grupos criminales.
El titular del Comesef destacó que en los últimos años bajó el número de policías muertos: “Debió disminuir entre 50% y 60 %, si no es que más.
En aquellos años recibías llamadas informando de 15 federales muertos por día, más dos, tres o cuatro de la extinta AFI. Hoy es apenas uno, dos o tres por mes”.
