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Óscar Valdez, campeón mundial de boxeo, volvió a subir a un ring, pero ahora para alzar la mano a verdaderos ganadores, como Anet Sofía, Nahelly y Arely, de seis, siete y nueve, respectivamente, quienes libran la batalla de su vida contra la leucemia en el Hospital Juárez de México.
A unos días de haber vencido al peleador japonés Hiroshige Osawa y retener su corona en el peso pluma de la Organización Mundial de Boxeo, el pugilista sonorense acudió al Hospital Juárez de México para convivir, entregar medallas de campeones y dejar un mensaje de motivación a los pequeños.
En la Ludoteca del HJM, rodeado por una docena de pacientes pediátricos, Óscar Valdez conversó también con Heidy Rubí, de nueve años, enferma de cáncer; Rubén Alexander, de seis años, quien padece criptorquidia bilateral; Carolina, de siete años, y Manuel, quien cumplió un año de quimioterapia.
El boxeador quedó muy sorprendido ante las muestras de entusiasmo y ánimo de Sherryl Daniela y Maximiliano, de nueve y 13 años, quienes padecen cáncer de hueso, pero les sobra espíritu de combatividad. “Yo quiero ir a ver al campeón, sólo necesito que me traigan una silla de ruedas”, dijo el paciente pediátrico al enterarse de la visita del boxeador.
Óscar Valdez, invicto en 21 combates, se ganó la simpatía de los pequeños pacientes, quienes se acercaron con todo y sus botellas de suero, y pedían que les tomaran una fotografía con el campeón. Emocionados, acompañados de sus padres y enfermeras, se mostraron agradecidos por la visita e intercambiaron algunos comentarios. A todos ellos, el pugilista les colgó medallas de campeones y les expresó su amistad y solidaridad.
Edwin se acercó y le dijo que a él le gustaba el boxeo, por lo que el peleador le mostró el cinturón emblemático que lo acredita como campeón mundial de los pesos pluma. Momentos después, el pequeño, muy emocionado, fue llevado al quirófano, en donde más tarde fue operado de varicocele.