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Erandeni Mendoza Negrete dice ser una orgullosa madre de tres pequeños, recién terminó la preparatoria y explica, emocionada, que ha decidido estudiar la licenciatura y ser la mejor trabajadora social para apoyar a las mujeres de su comunidad.

Pero para llegar al momento en que tuvo que dar un mensaje frente al presidente Enrique Peña Nieto, el gobernador Miguel Márquez y miembros del gabinete, debió romper con una larga vida de violencia y denigración a manos de su pareja.

Habla firme. Se ha arreglado para la ocasión, usa maquillaje ligero y un traje sastre negro, y una blusa rosa. A su costado derecho tiene al presidente Peña Nieto y al izquierdo al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que siguen atentos su mensaje.

Erandeni refiere que es madre de dos niñas y un niño. “Fui víctima de violencia familiar por más de cinco años por parte de mi pareja”, suelta a bocajarro.

“En este tiempo aguanté insultos, escenas de celos, humillaciones, golpes y sólo veía cómo mi vida se iba consumiendo. Era como si me fuera hundiendo, como si cayera en un hoyo sin salida. Siempre con miedo, con temor a no ser capaz de sacar adelante a mis hijos. Dejé de estudiar, dejé de trabajar”, relata.

Expresa que en marzo pasado su pareja puso en riesgo su vida y fue entonces cuando decidió no soportar más y se acercó a las autoridades. Detalla que en el Ministerio Público la escucharon y supo que hay autoridades que ayudan a las mujeres cuando “decidimos que ya no más”.

“Me resguardaron en un refugio en donde me trataron muy bien. Fueron amables. No sólo era un espacio donde me sentí segura, también me sentí querida, valiosa. Ahí una sicóloga me ayudó a darme cuenta que sí necesitaba ayuda, que no estaba sola.

“Por primera vez tuve esperanza y vi que en ese hoyo en el que me sentía sí tenía salida y que había quien me estaba dando la mano para salir de él. Identifiqué que mi único freno era el miedo. Estar en el refugio me sirvió para reflexionar y convencerme de continuar para sacar adelante a mi familia”, expone.

Las titular de la Sedatu, Rosario Robles, y de la SFP, Arely Gómez, la presidenta del Inmujeres, Lorena Cruz, escuchan más que atentas cuando Erandeni cuenta que regresó a la casa de sus padres.

“Ya estando en Abasolo, el Ministerio Público me ofreció ir a una atención sicológica y, tanto yo como mi familia acudimos a terapia con Rosy, mi sicóloga, que, por cierto, Rosy, muchísimas gracias. Ella me ayudó a identificar que lo que vivía con mi pareja era violencia y no amor. Me apoyó para lograr mi independencia de él, me regresó la confianza”.

Erandeni afirma que sus hijos fueron su motor y un apoyo para superarse. “Soy lo que ven: una mujer de pie, con la frente muy en alto y decidida a seguir. Ya no hay vuelta atrás, me siento libre”.

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