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En el Instituto Nacional de Cardiología (INCar) se usan técnicas mínimamente invasivas para tratar y diagnosticar enfermedades de las arterias del corazón, conocidas como angina de pecho o infarto, estos procedimientos reducen la estancia y costos hospitalarios, además mejoran la calidad de vida del paciente.
Guerin Eid Lid, especialista adscrito al departamento de Hemodinámica del INCar, explicó que se trata de una técnica que al no ser invasiva, disminuye el riesgo de sangrado, la morbilidad y mortalidad de los afectados. También brinda comodidad al enfermo, ya que no tiene que estar inmovilizdo y no necesita internamiento.
En el país, esta técnica se usa en 25 por ciento del total de los procesos que se llevan a cabo, por lo que actualmente se hacen acciones de generalización para incrementar su uso.
Por ejemplo, se está capacitando con tecnología de última generación a residentes médicos de la institución, así como a cardiólogos intervencionistas, a través de un curso que se imparte en el Centro de Entrenamiento de Generalización de Técnicas Mínimamente Invasivas del INCar.
Este curso dura alrededor de 36 horas, 18 prácticas y 18 teóricas, en éste, participan 10 alumnos que son evaluados cada minuto por nueve profesores y un coordinador, quienes a su vez, tuvieron capacitación en Japón. Se prevé que al año se preparen aproximadamente a 40 médicos, precisó el experto.
Este centro es el más moderno en Latinoamérica, por lo que se entrenan a especialistas del país y después a los de la región, cuenta con el reconocimiento del Consejo Mexicano de Cardiología y de la Secretaría de Salud.
En 2014 fue cuando surgió este proyecto, luego de una visita del Primer Ministro Japonés a México, donde ofreció trasferencia tecnológica con relación a las enfermedades del corazón, mediante la agencia de Cooperación Internacional JICA, la cual donó el equipamiento.
Durante el curso personalizado, los estudiantes se especializan en la técnica a través de tres componentes: el primero es el modelo de punción arterial, el cual suple el cateterismo cardíaco tradicional. Aquí el paciente es intervenido por la ingle.
En el segundo módulo, los médicos se entrenan en el tránsito de mallas o globos por medio de las arterias. El propósito es abrirlas y dar solución al bloqueo que tienen o a diagnosticar algún problema. El tercer rubro es el de angioplastia coronaria, donde se obtiene el resumen de todo el procedimiento y, en su caso, se realizan rayos X.
Este último permite adquirir destrezas y habilidades, da seguridad y es una réplica de la anatomía del paciente. En el curso, el estudiante se enfrenta a distintas situaciones, ya que se cuenta con 27 modelos de angioplastia, informó el especialista.
Por su parte, el coordinador del proyecto en México, Shigeki Taniho, informó que este centro es el único en su tipo a nivel mundial.
afcl