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México logró el apoyo de los 182 países signatarios de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites) para salvar a la vaquita marina, el cetáceo más pequeño y amenazado del mundo, cuya población se reduce a unos 60 ejemplares.
La propuesta mexicana, adoptada en la 17 reunión de las Cites que se celebra en Johannesburgo, aspira a poner fin al comercio de totoaba, un pez del golfo de California muy cotizado en China y Hong Kong que se captura con redes que atrapan también a las vaquitas.
En estos dos países asiáticos se atribuyen propiedades medicinales a la vejiga natatoria de la totoaba, un órgano que se vende allí por precios tan elevados que le han valido el nombre de “cocaína acuática”.
En el documento aprobado, México, Estados Unidos y China —los tres países implicados en el abastecimiento y el comercio ilegal de la totoaba— se han comprometido a “interceptar cargamentos ilegales y a perseguir de forma implacable a los implicados en el tráfico de la especie”. Los tres países informarán a la Cites de sus progresos en el plazo de un año.
La pesca excesiva de la totoaba para saciar la demanda asiática ha puesto a la vaquita al borde de la extinción. En 2007 se contabilizaron en el Golfo de California 250 vaquitas, una población que ha quedado en 60.
Organizaciones ecologistas como WWF celebran la aprobación de la propuesta mexicana y esperan que la decisión de la Cites contribuya a hacer más efectiva la prohibición existente de la captura y el comercio de ambas especies.
Reintegran cocodrilo. En México, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) reintegró un cocodrilo de pantano y un mapache común a su hábitat en el Área Natural Protegida (ANP) Los Petenes, en el municipio de Tenabo, Campeche.
El cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii), de 2.86 metros de largo y un peso de 80 kilogramos, fue rescatado en la colonia Camino Real, mientras que el mapache adulto (Procyon lotor) de 5 kilogramos de peso, fue hallado deambulando cerca de una gasolinera en el barrio de Santa Anna, municipio de Campeche.
Aunque el lagarto presentaba un leve cuadro de deshidratación, se encontró en buenas condiciones físicas, al igual que el mapache. No presentaron heridas.
