Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, descartó que el asesinato de dos sacerdotes en Poza Rica, Veracruz, y el del cura de Michoacán estén relacionados con algún tipo de "venganza" contra la Iglesia Católica por su oposición a los matrimonios igualitarios, lo cual sería un "oportunismo irresponsable", mientras que la filtración de los nombres de supuestos sacerdotes homosexuales, en la cual está incluido, sí lo es.
Entrevistado al término de la homilía, el presbítero dijo que, en la muerte de Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz los curas de la diócesis de Papantla, todo apunta a que fue un hecho cometido por el crimen organizado. Sin embargo, pidió ser muy pacientes en el resultado de las investigaciones tanto en este caso como en el del sacerdote de Puruándiro, Michoacán.
"Hacerlo sería un oportunismo irresponsable. Todo apunta que lo que sucedió en la diócesis de Papantla es parte del crimen organizado, hay que esperase a las respuestas que se den. Lo que sí, es que hemos pedido que se den con responsabilidad porque no es posible que en menos de 24 horas estén saliendo las conclusiones, eso es irresponsable además ellos deben de respetar el mismo ámbito jurídico.
Lo que pasó en Michoacán está sumamente confuso porque también ahora empieza haber opiniones de que ese vídeo no corresponde al sacerdote. Habrá que esperar y tener mucha paciencia pero yo no lo uniría, son cosas diferentes. Lo que sí se une es esta lista negra que sacaron personas sin ningún fundamento para difamar y calumniar a unos sacerdotes. Es un acto de venganza".
Dijo que cuando se acaban los argumentos empiezan los ataques contra las personas, que fue lo que pasó. Reiteró que la Arquidiócesis de México no interpondrá una denuncia por difamación ya que son "acusaciones gratuitas".
Reconoció la actitud de los laicos para salir a manifestarse y exigir los derechos que consideran importantes, con lo cual "mostraron ser mayores de edad, no están manipulados por la Iglesia, no los organizamos nosotros, es más, aquí la Arquidiócesis no metió las manos en la organización. Han mostrado que lo pueden hacer ellos mismos, están en el derecho de hacerlo y las exigencias deben ser escuchadas por el presidente", dijo.
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