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El michoacano Salvador Hernández Mondragón, reconocido atleta paralímpico, cuenta con ocho medallas, luego de haber ganado bronce en Río 2016, en 100 metros, categoría T52.

Son sus sextos Juegos Paralímpicos y durante los últimos cuatro meses antes de su partida a Brasil, trabajó a marchas forzadas mejorando la técnica, la potencia y la parte sicológica; explica.

“La entrega absoluta y total son dos factores que me sustentan cuando entreno. Cuando niño, después de haber tenido las secuelas de polio, tuve momentos muy difíciles en mi vida. Pero el paso del tiempo te fortalece y enfrentar las adversidades te da fortaleza interior.

“El impulso de la gente que me rodea, familia, hermanos... ha sido fundamental. Mi padre murió cuando yo estaba estudiando, había que trabajar, aportar dinero a la casa y después comenzó mi carrera deportiva.

“Los Juegos Paralímpicos son lo máximo que he logrado en mi vida. Estoy en mi sexta Para-Olimpiada; te las enumero todas en menos de un minuto, pero son 20 años compitiendo, participando”, explica.

En Londres 2012 el atleta obtuvo una medalla de plata y otra de bronce en las pruebas de 100 y 200 metros. “Para mí la discapacidad no existe más que en la mente de algunas personas que no se sientes capaces. Yo cuento con una capacidad física y no siento ninguna discapacidad, mucho menos frente a mi carrera deportiva. Soy un hombre mucho más fuerte que en mi niñez y juventud. El deporte ha sido mi trampolín para alcanzar lo que yo quería.

“Cuando niño soñaba con practicar algún deporte, pero nunca pensé verme en el nivel que continúo, en Juegos Paralímpicos.

“¡Poder representar a mi país  en carreras  de velocidad en silla de ruedas ha sido lo máximo para mi!”, destaca el multimedallista internacional, quien en el año 2002 recibió el Premio Nacional de Deporte.

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