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Con 16 años practicando tennis de mesa, la para-atleta mexicana María Paredes Albor, aunque no ganó medalla en Río de Janeiro, las últimas semanas ha estado ubicada en el lugar 10 de la clasificación o ranking mundial.

La tenismesista en silla de ruedas fue medallista de oro en los Juegos Paramericanos Toronto 2015 y con esto fue confirmada por el Comité Paralímpico Internacional (IPC) como seleccionada para Río 2016.

Compitió contra China, Korea, Jordania, Suecia, Israel, Japón y Brasil. En Beijing 2008 quedó en séptimo lugar. Para Río de Janeiro, se prepararó con la finalidad de ubicarse entre los tres primeros lugares, pero no alcanzó esa ese objetivo, uno de los que se ha puesto desde niña.

A los siete meses de edad María Paredes tuvo poliomielitis. Graves secuelas se presentaron en ambas piernas. “Durante muchos años usé aparatos ortopédicos con dos muletas, pero la rehabilitación deportiva fue fundamental para superar las consecuencias de la polio. Ahora sólo uso un aparato en el pie derecho. La discapacidad no contuvo los objetivos que tenía en mente; al contrario, me volció más fuerte”, explica.

Beijing 2008 fueron sus primeros juegos paralímpicos: “Ahí le gané a Hong Kong; en Londres 2012, no pude asistir porque estaba embarazada” y ahora en Rio quiso hacer su mejor papel. Previó a su viaje a Brasil participó en dos eventos europeos, lo que le ayudó a adquirir nuevos aspectos técnicos, sicológicos y estratégicos.

Al preguntarle sobre los apoyos económicos y becas señaló que “han bajado un poco desde Beijing; ahora están en 6 mil pesos; pero hemos recibido nuestro material a tiempo, nuestras sillas de ruedas nuevas y hemos contado con dos competencias a nivel internacional, previo a Río fue Eslovenia y Eslovaquia”.

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