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Diana Guadalupe es muy joven y humilde. Usa un pantalón azul, suéter de color hueso con el cierre casi al cuello; apenas se asoma una blusa de florecitas. Lleva el cabello suelto, al hombro y casi no usa maquillaje. Primero sentada, luego de pie, narra su vida ante el Presidente.

Lo primero que dice es: “Mi nombre es Diana Guadalupe Arriola Ruiz, vengo orgullosamente representando al estado de Chiapas”.

Es una chica que pese a vivir una difícil situación económica, con becas y apoyos federales ha logrado avanzar en sus estudios.

El presidente Enrique Peña Nieto la mira atento. Diana dice que su mamá se llama Jaqueline Ruiz Salazar y es madre soltera. Para cubrir los gastos trabaja como empleada doméstica y por las tardes hace manualidades. “Y es así como ella me ha sacado adelante, con mucho esfuerzo y sacrificio”.

Por momentos a Diana se le va el aire como si estuviera a punto de quebrar su voz, pero se mantiene firme. “Me ha enseñado a ser una persona responsable, dedicada, a saber valorar lo que tenemos. Su ejemplo y sus valores han sido el pilar para que nosotros salgamos adelante y no nos rindamos.

“Mi historia de estudiante comienza cuando ingreso a la educación preescolar, en el jardín de niños Esperanza Castellanos; ahí obtuve mis primeras participaciones, fui escolta, participé en el coro de la estudiantina, incluso fui modelo del DIF estatal. Después ingresé a la primaria, obtuve excelentes calificaciones y una de mis más significativas participaciones fue haber concursado en el Séptimo Parlamento de las Niñas y Niños de México. Concluí ese nivel educativo con un promedio de 10”, presume.

Hace notar, ante el Presidente, integrantes del gabinete y representantes de la ONU y la OCDE que su escuela secundaria es de muy bajos recursos, que las aulas son de lámina, tabla, cartón e “incluso puedo decir que dos autobuses viejos sirvieron como aulas”.

Dice que eso no impidió que continuara con excelentes calificaciones; ganó en el primer año de secundaria el concurso estatal de ciencias y tecnología, luego el segundo lugar nacional en el mismo certamen. A nivel regional ganó dos veces el concurso de oratoria.

Después siguió con sus estudios de bachillerato. Debido a su condición económica fue becada en el segundo y tercer semestres. Por sus calificaciones se le dio una beca de excelencia y después, al tener dificultades para pagar 500 pesos mensuales para transportarse, obtuvo otra beca para el camión.

“Gracias a este beneficio también pude pagar mis estudios de inglés, con los que en vacaciones o fines de semana doy clases a niños y jóvenes, incluso adultos”, explica.

Diana revela que su mayor anhelo es estudiar Medicina y salir adelante con su madre para ayudar a la gente que más lo necesita. El Presidente la felicita.

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