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El ISSSTE hace historia con el primer trasplante de hígado en una paciente de 24 años con cirrosis hepática ocasionada por una anemia drepanocítica en el Centro Médico Nacional (CMN) 20 de Noviembre.

Una cadena de solidaridad humana y logros médicos hizo posible que Ximena continúe con su vida.

La joven nació con anemia drepanocítica, una enfermedad incurable que ha provocado graves daños en su circulación sanguínea y en su hígado.

Para tratar de controlar este problema de circulación sanguínea, Ximena se ha sometido a 350 transfusiones de sangre, aproximadamente, a lo largo de su vida, pero también ha desarrollado otra grave enfermedad conocida como cirrosis hepática, por el exceso de hierro en su organismo.

Como consecuencia del elevado número de transfusiones a las que se ha enfrentado desde los tres meses de nacida, el hígado de Ximena dejó de funcionar adecuadamente, pues, de acuerdo con expertos, el hierro es indispensable para la vida humana, pero el exceso de ese elemento puede afectar la salud. Este hecho se presenta, principalmente, por frecuentes transfusiones de sangre.

Con el curso de los años, las transfusiones provocaron serias afectaciones en el hígado de la joven, por lo que requería de un trasplante urgente de ese órgano para evitar que los daños se extendieran en su organismo. Su caso, dicen especialistas, ha sido sumamente complejo y ha requerido de tratamientos innovadores y costosos, como la tecnología de Aféresis para el recambio total de su sangre.

En el mundo se han trasplantado 18 pacientes con cirrosis por anemia drepanocítica y sólo 10 han logrado sobrevivir, entre ellos Ximena Arredondo Silva, quien fue candidata a recibir un trasplante de hígado por la gravedad y urgencia de su padecimiento.

El trasplante fue posible gracias a una gran cadena de solidaridad que formaron más de 60 donadores de sangre para una sola cirugía y un donador de hígado.

La técnica de recambio de sangre enferma por sana, hizo posible que Ximena, de 24 años, tolerara el órgano que requería.

La cirugía se llevó a cabo el 7 de enero de 2016. La paciente había tenido dos llamados anteriores, que no pudieron concretarse por incompatibilidad con los donadores anónimos y el receptor. El procedimiento duró nueve horas.

El recambio total de sangre se hizo antes y después de la intervención quirúrgica. Se valora cuándo se requerirá del tercer procedimiento de este tipo, lo que significa que Ximena dependerá de sangre donada toda su vida, puesto que el origen de su enfermedad está en la médula ósea.

Se trató de una compleja cirugía, única en su tipo en México, que debió reunir varios factores para resultar exitosa y en cierto modo “un referente histórico de los trasplantes hepáticos en el país”, destaca el doctor Carlos Flores Zorilla, responsable del Programa de Trasplante Hepático del CMN 20 de Noviembre, del ISSSTE.

“Ximena es un caso único en el país y el primero en el que tenemos necesidad de hacer un trasplante en una paciente con el diagnóstico de anemia drepanocítica. Esta intervención sienta un precedente nacional e internacional de las opciones de tratamiento para pacientes con cirrosis hepática ocasionada por anemia drepanocítica, una enfermedad congénita y crónica. Hay muy pocos casos reportados en el mundo, y 70% fallece; esta fue la trascendencia del caso de Ximena”, explica el médico.

“El hígado del donante provino del Centro Médico Nacional Siglo XXI y tenía características óptimas para poder ser trasplantado. Si bien hacen falta muchas donaciones, podemos decir que en los últimos tres años ha aumentado 50% el número de trasplantes totales de hígado en nuestro país”, dice.

La paciente tendrá que ser monitoreada a lo largo de su vida para darle la máxima sobrevida al hígado que ha recibido.

Fue en conjunto con el grupo de Hematología del CMN 20 de Noviembre que se hizo la estrategia para hacer los recambios de sangre periódicamente. “En el caso de esta paciente no teníamos una evidencia sólida de cómo debía ser tratada. Sabemos que el monitoreo será de por vida, pues no existe una recomendación universalmente aceptada para este tipo de paciente”, refiere el médico.

Apoyo

Lina Guadalupe Silva Valdez, madre de Ximena, comenta en entrevista con EL UNIVERSAL que para el trasplante fue necesario reunir a 60 personas para donar sangre.

“Entre enero de 2015 y el mismo mes de 2106, cada día mi hija iba deteriorándose más y más; con la cirrosis se ponía completamente amarilla (…) Básicamente se va poniendo pálida conforme va bajando su hemoglobina, sabemos que cuando está más pálida necesita transfusión.

“Buscamos donadores de sangre entre familiares, entre amigos, en Facebook, en redes sociales (…). No fue fácil, nunca ha sido fácil, pero lo logramos y hoy mi hija se está reintegrando a la escuela y a su vida normal después de haber estado tan grave”, comenta.

Desde que nació y hasta los 12 años, Ximena fue atendida en el Instituto Nacional de Pediatría, y en el ISSSTE desde de los 18 años.

Mauricio González Avante, jefe del Servicio de Banco de Sangre de la institución, explica: “Su hemoglobina es anormal y su hígado se dañó y produjo una cirrosis como condición final; esta situación amenazaba su vida, máxime que había tenido episodios de insuficiencia hepática. Se estableció que el único futuro posible para esta joven era un trasplante de hígado”.

Para su caso, fue necesario un recambio total de sangre para que tolerara el trasplante.

“Se diseñó un procedimiento bajo el cual teníamos que tener sangre y plasma de donadores que fueran compatibles con Ximena para que no hicieran una reacción que pusiera en peligro su vida instantáneamente”, explica el médico.

El nuevo órgano que la paciente recibía podía taparse, por lo que hubo que hacer recambios sanguíneos antes y después del trasplante.

“Debemos asegurar no sólo la permanencia del nuevo órgano, sino la calidad de su vida. Ella lo ha aceptado bien, pero hay que seguir garantizando su calidad de vida, porque su enfermedad no solamente ha tenido impacto en el hígado, sino que podría tenerlo en el cerebro, corazón, riñón y pulmón.

“Hoy, su hígado funciona en condiciones adecuadas, pero la anemia drepanocítica aún persiste y la paciente vivirá con ella”, explica el hematólogo Jorge Enrique Trejo. El objetivo ha sido limitar al máximo las transfusiones para que su nuevo hígado no vuelva a dañarse.

La única manera de curar definitivamente su anemia es un trasplante de médula ósea. “Sin embargo, en este momento no podemos considerarlo como una opción para ella, ya que es una cirugía únicamente con 15% de éxito, puesto que se requiere de mucha infraestructura y mucho dinero para que sea una cirugía exitosa”, asegura Trejo.

Para Pablo Serrano Rodríguez, adscrito al Servicio de Trasplantes, del CMN 20 de Noviembre, la paciente tiene un mayor riesgo de hacer coágulos porque tiene una enfermedad de la sangre. “Después de la cirugía, hubo que operarla de emergencia de nuevo, pues una arteria se obstruyó y podía perderse el órgano donado”.

En busca de más donadores

“Ahora no tengo cirrosis, no me canso tanto como antes, aunque todavía un poco por la anemia, pero no como antes, cuando tenía la cirrosis en mi hígado [viejo], el que no servía. Antes, con la cirrosis me cansaba hasta de estar acostada. Me quedaba dormida en todas partes”, cuenta la estudiante de Mercadotecnia.

“Agradezco a todos aquellos que donaron sangre para mí, y aquellos que se negaron sé que reaccionarán de otra manera el día en que la necesiten para ellos o para algún familiar; también es sorprendente el número de jóvenes que no pasan las pruebas para donar sangre.

“Los médicos me decían que debía tener cuando menos 70% de mi sangre sana para asegurar el éxito de la cirugía. En ese sentido, me gustaría invitar a que la gente donara sangre de manera altruista, lo cual es tan necesario para personas como yo y muchos otros más.

“Yo, por ejemplo, no puedo ni podré, a lo largo de mi vida, quedarme nunca sin donadores de sangre. Mi padre, mi novio Alan, mi primo Carlos y mi amigo Roberto han sido mis incondicionales. Su tipo de sangre es compatible con la mía... y entre todos me han regresado a la vida”, concluye Ximena, quien se incorporará a la universidad, pues su salud ahora se lo permite.

“Era mi novia y quería demostrar mi apoyo hacia ella, le he donado cuatro veces y lo haré cuantas veces sean necesarias”, dice Alan.

Carlos asegura: “Haría lo que sea por ella; he donado cinco veces y he tratado de cuidar mi salud para ayudar a Ximena”.

Roberto dice: “Ella es como una prima para mí, los conozco hace 22 años. Siempre seré incondicional a esta familia que quiero mucho, cuando Ximena lo requiera , ahí estaré. Hemos hecho una cadena enorme para ella”.

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