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Un equipo de neurocirujanos del Hospital Regional 1 de Octubre del ISSSTE extrajo con éxito un tumor cerebral complejo y atípico, del tamaño de una pelota de golf, a Norma Catalina Guijarro Chavarin, quien es derechohabiente del instituto y vive en San Vicente Chicoloapan, Texcoco; es jefa de familia y madre soltera de tres hijos de 12, 15 y 22 años.
En 2014, la mujer de 41 años de edad comenzó a tener fuertes dolores de cabeza y mareos que calmaba con pastillas que se automedicaba.
El pasado 29 de abril de este año ingresó al servicio de Urgencias de dicho hospital, donde le detectaron un tumor intercraneal.
Invadía 20% del cráneo y siete áreas del sistema nervioso central, lo que le provocaba a Norma, vértigo, dolor de cabeza intenso, pérdida de equilibrio, de audición, visión doble, agotamiento crónico, así como dificultad para respirar, deglutir y hablar.
Es el primer tumor de tipo Schwannoma de comportamiento atípico registrado en México; mientras que en el mundo sólo se han documentado 30 casos.
Carlos Castillo Rangel, coordinador del equipo integrado por 12 especialistas, explicó que este tumor se recargó sobre el tallo cerebral, “lo empujó y al ir creciendo, generó un hueco que comenzó a hundirse, afectando a todos los nervios craneales involucrados, que son los que mueven la cara”.
Para este caso, dijo Rangel, se utilizó la técnica denominada aspirador ultrasónico, que en lugar de jalar o extraer el tumor intercraneal que abarcaba 100% del tallo cerebral con pinzas o cortarlo como se hacía antes, lo pulveriza con el mínimo daño a estructuras finas.
Con esto, expuso, se disminuyó el riesgo de lesiones por el bisturí y la recuperación de la paciente fue más rápida. Antes, el peligro era que el enfermo quedara en sillas de ruedas o con problemas para respirar y deglutir.
Castillo Rangel, quien tiene la subespecialidad en cirugía de base de cráneo y cirugía vascular cerebral, señaló que el tumor que afectó a Norma, a pesar de ser benigno, fue agresivo en su comportamiento y complejo en las zonas que invadió, bloqueando el funcionamiento de los nervios: trigémino, facial, vestibulococlear, glosofaríngeo, vago, hipogloso y espinal.
De ahí, agregó, este caso implicó un alto grado de complejidad para su abordaje quirúrgico y extracción, y significó un reto para preservar las funciones cerebrales de Norma, y evitar que quedará con secuelas irreversibles.
En conferencia de prensa, los neurocirujanos indicaron que de no haberse operado, la paciente tenía el riesgo de sufrir infartos al tallo cerebral que le hubieran ocasionado secuelas neurológicas o la muerte.
Norma ingresó a Urgencias el pasado 29 de abril, con dolor de cabeza incapacitante, vértigo, alteración del equilibrio (con antecedente de caídas), visión doble, pérdida de la audición del oído derecho, entre otras alteraciones.
Mediante estudios de tomografía y resonancia magnética, “se le diagnosticó un tumor de tipo Schwannoma que constituye de 5% a 10% de neoplasias intercraneales”, indicó Rangel.
La complicada expansión del tumor obligó a la realización de dos cirugías: la primera el 13 de mayo pasado, en la que se removió el hueso, se desplazaron los músculos, se expusieron estructuras de grandes vasos venosos y la arteria vertebral, con la finalidad de tener una exposición más amplia del tumor para removerlo.
Una semana después, el 20 de mayo, se llevó a cabo la segunda cirugía, en la que se retiró 95% de la tumoración con minucioso cuidado de no dañar estructuras nerviosas vitales y preservar sus funciones cerebrales intactas.
Para estas operaciones se utilizaron aparatos de avanzada tecnología, algunos de ellos subrogados, destacó el cirujano, quien estuvo acompañado por Samuel Horta Mendoza, director general del Hospital Regional 1 de Octubre.
Estuvo el equipo de médicos tratantes encabezados por Edgardo Ruiz, jefe de Neurocirugía; Norma Hernández, neuroanestesióloga; Elizabeth Varela, neuroradióloga; María de Lourdes Cruz, neurofisóloga y los médicos residentes Yarel Barba Ruiz y Jaime Ordoñez Granja, además de cuatro enfermeras.
El costo aproximado de la cirugía, de acuerdo con los médicos, en el sector privado es de un millón de pesos, más honorarios médicos.
En su testimonio, Norma mencionó que empezó a tener fuertes dolores de cabeza que no pudo controlar, además de mareos y problemas para deglutir. Fue hasta que llegó al Hospital 1 de Octubre cuando supo que tenía un tumor en la cabeza.
Dos de sus hermanos habían fallecido a causa de tumores cerebrales, por lo que añadía un factor de riesgo importante.
Norma reconoció que por dos años se atendió en el sector médico privado, porque tenía una mala percepción de que en el ISSSTE no había buenos médicos, lo que resultó falso.
Acompañada por su hija mayor, Nayeli cuya voz está afectada, comentó: “Doy gracias de que estoy aquí, porque mi vida era un tormento. No podía estar de pie de tanto vértigo que tenía, no escuchaba, el dolor de cabeza era insoportable. Después de la operación estoy muy bien, con ganas de vivir, de mostrarle a mis hijos todo lo que no les demostré antes. Tengo muchas ganas de trabajar, de ser feliz, de ser otra vez yo”.
Su hija, quien en la conferencia de prensa, se soltó a llorar, confesó que notaba tan mal a su mamá que cuando vio que se la llevaban al quirófano para la operación pensó que no la volvería a ver.
“Sólo le dije, yo te voy a estar aquí esperando mami.. y miren, aquí estamos hoy las dos”, dijo la joven.
Nayeli agradeció a los médicos y a las enfermeras el cariño y dedicación con la que trataron a su madre.
Samuel Horta, director general del hospital, comentó que la expectativa de vida de Norma es buena y comienza a recuperar paulatinamente sus funciones que se vieron afectadas por la compresión del tumor a los nervios. Ella, indicó, tendrá que tomar una terapia de rehabilitación para la voz y seguirá siendo monitoreada cada seis meses.