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Valentina empezó a nadar a los siete años de edad. No le gustaba, pero su mamá la obligó a ir hasta los 12 años, cuando llegaron a un acuerdo: dejaría de ir el día que ganara una medalla.

Valentina Valencia Lona se esforzó y entrenó seis horas al día, cuando tenía 16 años ganó el título nacional en 100 y 200 metros pecho, a los 18 años representó a México en los Juegos Centroamericanos de Guatemala 2010 y quedó en primer lugar en 200 metros combinado, y tercer lugar en 200 metros pecho. Rompió el trato porque no dejó la alberca, aunque su mamá no la llevaba después.

Cuando entró a la Facultad de Economía de la UNAM, representó a la máxima casa de estudios, a la que ingresó atraída por la alberca, pero cuando estudiaba decidió dejar las competencias porque sus prioridades cambiaron.

Las necesidades en su casa eran muchas y tenía que ayudar a su mamá para mantener a sus dos hermanos más pequeños. Decidió concentrarse en la escuela para conseguir un empleo.

Se retiró como campeona nacional y después de hacer su servicio social en Banjército, le ofrecieron trabajo. Actualmente ocupa el puesto de auxiliar especializado de la Dirección de Contabilidad.

Valentina mantiene a su familia. Con su sueldo sus hermanos van a la escuela, pero está muy contenta porque en Banjército la apoyaron para entrenar en las instalaciones de las fuerzas armadas y pudo regresar a las competencias.

“Todos están muy orgullosos de que forme parte del banco y yo de representarlo, siempre me ha encantado ganar y representar al lugar al que pertenezco, como cuando estuve en Cuautitlán Izcalli y en la UNAM.

“Mi mamá siempre ha estado conmigo, ella fue quien me metió en el deporte, siempre ha estado conmigo en cada competencia”, asegura la deportista, quien le dedica cada medalla, de las ocho que ha ganado, a su abuela, con quien vivió hasta alcanzar la edad de 19 años.

“Falleció y cada que me subo al banco de salida volteo a ver al cielo y le dedico mi prueba a ella”, asegura en entrevista.

Ella es civil, pero en Banjército encontró una nueva oportunidad de regresar a la alberca. Con el apoyo de la institución y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tuvo acceso a las instalaciones deportivas de las fuerzas armadas.

Este año, representando a México como deportista, ganó primer lugar nacional en dos pruebas de los Juegos Deportivos y Recreativos de los Trabajadores, y medalla de bronce en 50 metros libre en el 13 Festival Internacional de los Trabajadores en Varna, Bulgaria, competencia a la que asistieron trabajadores y obreros de 20 países.

Valentina tiene 24 años de edad, es soltera, vive en Naucalpan y llora cuando recuerda el esfuerzo que ha hecho para hacer lo que más disfruta sin descuidar a su mamá y hermanos; el menor, de siete años de edad, la ve como una heroína y desea ser como ella. “Eso me da vida, me llena, mamá me admira muchísimo y estoy muy agradecida porque ellos han estado siempre conmigo”, dice.

Otra ganadora es Miriam Franco Aguilar, originaria de Texcoco, pero a los 19 años de edad decidió mudarse a Naucalpan para estudiar; sus papás son campesinos y no querían que se fuera de casa. Hoy es el orgullo de la familia.

“Le voy a echar ganas y nada más necesito que me apoyes”, le dijo a su papá. Estudió la licenciatura y maestría en una universidad privada, en Lomas Verdes, donde consiguió una beca debido a su excelente desempeño académico.

Representó a México en básquetbol y ganó la medalla de plata ante el equipo local de Bulgaría.

Estudió una maestría en psicología y actualmente es gerente de Capacitación y Desarrollo Organizacional en Banjército, donde trabaja desde hace siete años.

“Le dedico este triunfo a mi familia; a mi institución, porque me ha apoyado muchísimo, y también a la Sedena, que ha estado al pendiente. No sólo somos trabajadores, somos deportistas y tenemos una familia, es muy importante en nuestra motivación al participar”, subrayó Franco Aguilar en entrevista.

Jazmín Cruz Sánchez ganó medalla de oro con el equipo de voleibol de playa en el 13 Festival Internacional de los Trabajadores en Varna, Bulgaría. La final fue ante el equipo local y superaron las adversidades para ganar el primer lugar.

Javier Quezada Gatica ganó el oro en la competencia internacional. Le dedicó el triunfo a su hija, Alexa, de cinco años. El equipo de Banjército ganó la final ante Kosovo. Practica desde los ocho años de edad, representó al estado de Guerrero y fue becado por una Universidad de la Ciudad de México para estudiar, a la edad de 17 años se mudó.

Es originario de Iguala, Guerrero, y su mayor motivación son su hija y su papá, quien lo entrenó en esta disciplina. “Siempre he buscado ser un triunfador, en el trabajo y la familia”, afirma.

Hoy sigue cosechando éxitos en el deporte y como profesionista. Estudió la licenciatura en contaduría y es pasante de maestría. En el equipo de Banjército ganó la final ante Kosovo y ayudó a mantener el nombre de México en el top cinco del medallero internacional.

En el Festival Internacional en Bulgaría, participaron más de 20 países y México quedó en cuarto lugar del medallero.

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