El historiador Federico Navarrete advirtió que México es profundamente racista. Autor del libro México racista. Una denuncia, señaló que “la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa nos hizo ver no sólo la violencia”.

Apuntó que “el impacto simbólico tan fuerte de Ayotzinapa fue porque se les dio rostro. Sus compañeros les dieron rostro y eso rompió el anonimato en que cae la inmensa mayoría de personas víctimas. La labor de la prensa y de la sociedad debería ser darles rostro. Todos son seres humanos y no son criminales, porque criminalizar permite invisibilizar a las personas. Si eran criminales, entonces parece no importar, aun sin que haya una resolución de un juez. Pero aunque sean criminales, son personas con nombre e historia, rostro. Debe haber labor de hacer visibles los rostros”.

Indicó que el racismo no es el problema central de nuestra sociedad, “pero sí una forma de discriminación que empeora los racismos”.

Añadió que “el régimen antidemocrático también contribuye, pues las organizaciones que se oponen al gobierno son vistas como atrasadas, sin realmente hacer un análisis de méritos y desventajas”, como puede ser con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

“México es profundamente racista. Sí, somos racistas porque no nos damos cuenta de ello”, dijo.

“Existe este dicho: Como todos somos mestizos no existe el racismo, pero es una coartada para ejercer el racismo. Entre los mestizos se discrimina a la gente por su color de piel. Y existe el prejuicio de color de piel con condición socioeconómica.

“ Se da por sentado que las personas con piel más blanca son ricas y las de piel morena son pobres y son menos cultas y educadas. Y se ejerce racismo en muchos casos. En la vida privada también, pues se piensa que ser güero es ser bonito y todas las bromas se vuelven crueles contra los morenos y negros, lo que es una forma de racismo cotidiano muy fuerte”.

Es frecuente, argumentó, que se hacen chistes de negros o indios. Puede parecer una broma, pero sí tiene impacto y como se muestra en el libro este racismo privado se amplifica a nivel país como sociedad.

En el caso de la violencia es lo mismo: “Hay una mayoría que se ha hecho invisible por racismo, particularmente ejercido por los medios de comunicación que no se preocupan por mostrar a esas personas y hablar de ellos. Son invisibles en vida y en su muerte no parece importar”. El racismo viene a agravar todos los problemas que ya existen en la sociedad, advirtió. 

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