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El sacerdocio no puede ser entendido como una dignidad, una promoción o un puesto de poder aseguró el cardenal Norberto Rivera Carrera.
"No se nos dio (el sacerdocio) para estar por encima de los demás, sino para servir a los demás, semejantes en todo a nuestros hermanos, a fin de ser misericordioso" dijo el arzobispo primado de México en su homilía pronunciada con motivo de sus 50 años de ordenación sacerdotal en la Basílica de Guadalupe.
Acompañado de 60 obispos de todo México entre los que estaba el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Francisco Robles Ortega, Rivera Carrera hizo un agradecimiento a las personas que han estado a lado suyo en esta trayectoria de cinco décadas.
"Qué hubiera sido o qué hubiera hecho sin la gente de mi pueblo, sin mi querido Durango, que me infundió valor y generosidad. Sin los de Rio Grande que me enseñaron los primeros pasos sacerdotales, sin Tehuacán que llevo en el corazón porque me llevó por caminos insospechados y mi querida Arquidiócesis de México", dijo.
En presencia también del arzobispo de la Iglesia Ortodoxa, Antonio Chedraoui, como invitado especial, aseguró que no hay nada mas importante en la vida que las personas que Dios puso en su camino, así como las instituciones.
"Mi querida escuela de la Purísima, mi amado Seminario Conciliar de Durango, mi recordado Colegio Pio Latino y la Universidad Gregoriana de Roma, mi entrañable Universidad Pontificia de México. La Conferencia del Episcopado Mexicana, Dios bendiga y de larga vida a estas comunidades de humanismo, de hermandad y de crecimiento cristiano", comentó.
Frente a personalidades civiles como Marta Sahagún de Fox, el empresario Carlos Slim, el panista Diego Fernández de Cevallos y el senador Carlos Romero Deschamps, agradeció también a su familia la compañía en este camino.
"Es una gran fortaleza en la vida sentirse, amado, acompañado, protegido y valorado por aquellos con los que comparto las mismas raíces, raíces que dan vida y sentido a la existencia", expresó.
Al inicio de la celebración el Vicario General Pastoral de la Arquidiócesis de México, Guillermo Moreno resaltó la trayectoria del cardenal quien inició su servicio episcopal el 26 de julio de 1995.
"Somos conscientes de la gran preocupación que tiene para responder a la misión que se le ha encomendado como cristiano, como sacerdote, como obispo, como cardenal", dijo el vicario.
"No ignoramos situaciones difíciles y agresiones a su persona y ministerio y agradecemos al Espíritu Santo que lo ha fortalecido e iluminado siempre para seguir adelante con la palabra evangélica y su testimonio", agregó.
El cardenal Norberto Rivera Carrera nació el 6 de junio del año 1942 en La Purísima, un pequeño poblado del Municipio de Tepehuanes, estado de Durango. Fue el primogénito de una familia de origen campesino y de profunda piedad, integrada por Don Ramón Rivera Cháidez y Doña Soledad Carrera, y sus hijos: Javier, Margarita y Hermila, quien es religiosa.
En 1955 ingresó al Seminario Conciliar de Durango, donde realizó estudios en Humanidades, Filosofía y Teología. En 1962 fue enviado al Colegio Pio Latino Americano en Roma, para continuar su preparación sacerdotal y cursar los estudios de Teología Dogmática en la Pontifica Universidad Gregoriana en donde obtuvo la Licenciatura.
El 2 de julio de 1965 recibió la Ordenación Diaconal y un año después, el 3 de julio de 1966, la ordenación presbiteral, de manos de el Papa Paulo VI, en la Basílica de San Pedro.
jram