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“Hasta donde dé la batería, hasta esa hora nos vamos”, dice Yuna Aguilar, de 12 años. Mueve las pequeñas manos con rapidez porque no puede dejar que se le escape su pokémon, a pesar de que es casi medianoche.
Aprovecha que está de vacaciones para salir junto con su mamá y su tía a cazar pokemones en la Alameda Central. En los últimos días, decenas de jóvenes, en su mayoría adolescentes se han concentrado en esa parte de la ciudad para jugar con la aplicación.
“La bajé desde hace una semana y media y, como vivo cerca, en Balderas. mi mamá, mi tía y yo vinimos a cazar, porque aquí hay muchos monstruos que podemos obtener. Fuimos a Coapa, pero aquí hay más y es seguro”, comenta mientras no deja de ver su celular.
La aplicación Pokémon Go es un juego virtual que se descarga gratuitamente en la tienda de Apple desde hace dos semanas. Incluye un mapa basado en la locación real del jugador y el propósito es encontrar el lugar donde se esconden los personajes de la serie japonesa y ser cazados por el usuario. Existen las pokeparadas, lugares donde hay pokebolas, las armas que se arrojan para atrapar los pokemones. No hay un número total ni definido de monstruos para atrapar.
Son casi las 00:00 horas y, al igual que Yuna, una centena de personas se congregan en las inmediaciones de la Alameda Central para jugar la aplicación, juego que desde que salió ha sido un éxito en todo el mundo.
Óscar Herrera y Jonathan Hernández llevan casi 10 horas “cazando”. Para resistir traen baterías externas y evitan que se acabe la captura. Una granizada no impidió que Óscar saliera a cazar monstruos cuando bajó la app.