Sociedad

Marchan dos mil personas para recordar 'El Halconazo'

Durante dos horas y media cuatro mil policías de la Ciudad de México vigilaron el camino del contingente para evitar la comisión de actos vandálicos. Al final de la marcha para conmemorar el Jueves de Corpus los agentes policiacos no les impidieron el paso al Zócalo.

No se reportaron incidentes; el contingente partió del Casco de Santo Tomás; entre los participantes se encontraban miembros del Comité del 68 (VALENTE ROSAS. ELUNIVERSAL)
11/06/2016 |00:09
Redacción El Universal
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metropoli@eluniversal.com.mx

Al grito de ¡10 de junio no se olvida! Un grupo muy reducido (menos de 2 mil personas) y bien vigilados por la policía capitalina, estudiantes y otras organizaciones marcharon para conmemorar los 45 años del Jueves de Corpus, conocido como El Halconazo.

Sin incidentes el contingente salió del Casco de Santo Tomás hasta llegar al Zócalo de la Ciudad de México. Entre los participantes estaban representantes integrantes del Comité del 68, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la Universidad Nacional Autónoma de (UNAM), de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y un grupo de anarquistas.

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“Hace 45 años salieron a marchar nuestros compañeros y demostraron que la lucha tenía que ser nacional, entonces saldremos las veces que sean necesarias”, dijo Félix Hernández, integrante del comité 68.

Cuatro mil policías vigilaron el camino del contingente, aunque no les impidieron el paso para llegar al Zócalo, sí acordonaron su avance para que no se movilizaran a otra parte.

Durante dos horas y media la policía de la Ciudad de México estuvo acompañando la marcha para evitar actos vandálicos, principalmente por “la fuerza negra”, como también se hacen llamar los anarquistas.

“Ya nos la pelamos” dijeron los encapuchados al no tener la oportunidad de hacer destrozos. Al llegar a la plancha del Zócalo se descubrieron el rostro para perderse entre los estudiantes, no ser seguidos por los medios de comunicación y tratar de despistar a los uniformados.

“Esa fue la segunda gran represión en ese sexenio, la primera fue en 1968, con la matanza de los estudiantes en Tlatelolco, pero seguimos y seguiremos exigiendo justicia y castigo a los responsables”, se escuchaba a lo lejos; sin embargo la mayoría de los asistentes no hacían no hacían caso y así se fue desarrollando el mitin.

“La marcha del 10 de junio que partió del Caso de Santo Tomas en 1971, tenía el propósito de expresar su solidaridad con los estudiantes de Nuevo León, era una concentración de celebración, que además retomaba las calles después de la masacre de 1968, por eso el gobierno metió ese aparato represivo con el grupo paramilitar llamado Los Halcones”, recordó Félix Hernández.

El Zócalo se convirtió en romería. Había venta de elotes, sincronizadas, gorditas, refrescos preparados, playeras y capas para la lluvia. La conmemoración pasó a segundo término y con la amenaza de la lluvia el mitin se fue borrando del primer cuadro de la Ciudad de México.

Fue un 10 de junio tranquilo, los encapuchados se robaron la atención de las autoridades y medios de comunicación; el discurso político para exigir justicia poco importó a los presentes.