Más Información
Erradicación de la violencia de género, prioridad de Olga Sánchez Cordero; aboga por la igualdad desde la infancia en congreso 50+1
Jueces y magistrados acusan registros “inflados” en inscripción a elección judicial; exigen transparentar listas de aspirantes
Diputada del PAN plantea reforma para ampliar servicios de atención infantil; va por estrategia enfocada en Primera Infancia
Mauricio Kuri garantiza seguridad tras ataque a bar Los Cantaritos; niega que conflicto de otros estados se traslade a Querétaro
justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Alfonso Miranda Guardiola, enfatizó que portar 28 gramos de marihuana daría paso a la “degradación” del ser humano, puesto que podría desencadenar “grandes problemas”.
Destacó que hay una diferencia entre el uso medicinal del enervante y la “permisibilidad” en su uso.
En su primer encuentro con medios de comunicación, el recién electo secretario general de la CEM comentó sobre la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto, la cual propone elevar de 5 a 28 gramos el límite permitido para uso personal de la marihuana y advirtió que sobre este tema “hay más preguntas que respuestas”.
“El problema es, por ejemplo, la liberación de los 28 gramos de marihuana por persona que eso puede desencadenar grandes problemas. Una cosa es el uso medicinal y otra cosa es la permisibilidad, dejar que el ser humano se degrade, eso no lo podemos permitir. Si con el alcohol tenemos tantos problemas, ahora con esta liberación de la droga. ¿Qué significa 28 gramos de marihuana? Estar reunidos en una cena y cada quien pone sus 28 gramos y todos vamos a compartir, eso lleva sólo a una degradación humana. La Iglesia no puede permitir eso”.
Miranda Guardiola alertó de las consecuencias negativas que traería el incrementar el límite permitido para uso personal de la yerba. Se cuestionó si el gobierno mexicano está previendo todo un marco que incluya la atención y seguimiento a los problemas que se deriven de la medida.
“¿Qué significa la liberación? Una serie de consecuencias negativas contra los jóvenes, contra los niños, las familias. (…) Así como hay alcohólicos, teporochos que andan por ahí en las calles, ahora también habrá drogadictos por las calles y la ciudadanía expuesta a más asaltos, a más violencia, a más problemas y eso ¿quién lo está atendiendo? ¿Cómo se va a atender, sólo se va a liberar y ya? Es todo un marco ¿ya se previó ese marco o nada más se está permitiendo el uso, consumo y portación?”, señaló Miranda.
Destacó que no se trata de condenar al consumidor, sino que al permitir tal gramaje se debe considerar la rehabilitación y cómo se va a atender el problema de adicciones. Qué seguimiento va a haber si va a haber permisibilidad del uso.
Es cierto que a la par de esta permisibilidad debería de haber atención. “¿Quién los va a rehabilitar? ¿cómo vamos a atender el problema social?”
Lamenta salida del GIEI. El también obispo auxiliar de Monterrey lamentó la salida del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y afirmó que la búsqueda de la verdad debe seguir adelante.
Destacó que la Iglesia quiere ayudar a las familias y está abierta a cooperar. La búsqueda de la verdad debe ser siempre por delante, afirmó.