El sector salud en México gasta cada año 123 mil millones de pesos (seis mil millones de euros) para brindar atención médica a las personas que padecen obesidad y sobrepeso; este costo no toma en cuenta los gastos por pérdida de productividad, medicamentos o cuidados hospitalarios, de acuerdo con el estudio “Carga económica de la obesidad y sus comorbilidades en pacientes adultos en México”, en el que participó la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Esta cantidad representa poco más de la cuarta parte del total del presupuesto destinado a la salud en 2016. El gasto en las enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad ha tenido un incremento de 7.6 veces al pasar de 3% del total del presupuesto en salud en el año 2000, a 26% en 2016.

Durante el análisis del presupuesto, los investigadores y académicos detectaron la ausencia de programas de prevención, aun cuando llevarlos a cabo representaría un ahorro.

Entre los gastos indirectos para las familias se cuenta el desembolso por pérdida de productividad, estimado en 15 mil millones de euros al año (equivalente a 307 mil 500 millones de pesos); la pérdida de productividad se refiere a las faltas o ausencias en el trabajo asociadas a complicaciones por obesidad.

La investigadora Aleida Azamar Alonso, investigadora de la unidad Xochimilco de la UAM que participó en el estudio, explicó que estas estimaciones corresponden a datos contenidos en evaluaciones económicas de programas de salud para pacientes con obesidad mayores de 20 años; los investigadores consideraron el curso natural de la enfermedad y posteriormente diseñaron un modelo matemático señalado por ciclos anuales.

Los datos se obtuvieron a través de la implementación del modelo matemático de cadenas de Markov, por lo que se miden las probabilidades y tendencias en personas con exceso de peso de quienes se observó que tienen mayor tendencia a desarrollar hipertensión y luego diabetes mellitus tipo 2.

Un elemento de medición esencial retomado en el estudio fue el Índice de Masa Corporal, un parámetro que ubicado entre 25 y 30 indica sobrepeso en la persona, mientras que por arriba de 30 revela obesidad.

En la investigación participaron economistas, médicos y actuarios del Instituto Nacional de Salud “Dr. Salvador Zubirán”, el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional y la UAM; sus resultados fueron publicados en la revista Springer International Publishing Switzerland 2015.

En el mundo existen mil 700 millones de personas con sobrepeso, de las cuales 312 millones padecen obesidad. A partir de la década de los ochenta en México se incrementó el gasto público dedicado a tratamientos contra esta enfermedad, y el número de personas que la padecen. Los pacientes diagnosticados pueden desarrollar una o más comorbilidades, entre las cuales la hipertensión es la más peligrosa y común.

“90% de esos casos reporta diabetes mellitus tipo 2 y 70 por ciento hipertensión, además de presentar otros padecimientos cardiovasculares, cáncer de mama y de próstata”, señaló la investigadora Azamar Alonso a través de un boletín de prensa.

“Las personas que sufren obesidad afrontan mayores posibilidades de desarrollar una o más comorbilidades, incluso después de los 20 años de edad; 86 por ciento de la población inicialmente analizada mediante el modelo falleció por alguno de los trastornos descritos”.

La investigación propone un proyecto integral de salubridad nacional para modificar los hábitos alimenticios actuales en escuelas y empresas para disminuir la ingesta de comida rápida en la dieta diaria, rica en azúcar, sal y grasa.

Anteriormente era un problema común en los países desarrollados, donde se consumía más la comida rápida; sin embargo, en las naciones en desarrollo la publicidad invasiva impulsó hábitos alimenticios por moda y se ha perdido la calidad de los alimentos preparados en casa.

“Con los horarios de trabajo preferimos la comida frita y alta en carbohidratos porque creemos que perdemos menos tiempo; si bien al adquirirla es más barato en el corto plazo, representa una mayor inversión en el futuro”, enfatizó.

msl

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