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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
En México, el virus del zika ha afectado a la fecha a 48 mujeres embarazadas que viven en tres estados del país, Oaxaca, Chiapas y Veracruz, sitios en donde es mayor la presencia del vector transmisor Aedes aegypti.
Según el último reporte epidemiológico de la Secretaría de Salud (Ssa), hasta el lunes 4 de abril se contabilizan 201 casos de personas que se han enfermado del virus del zika, 48 de las cuales corresponden a mujeres embarazadas.
El pasado reporte del 28 de marzo informaba de un total de 183 casos, 42 de los cuales correspondían a mujeres embarazadas.
Son 11 las entidades que tienen presencia de este virus, encabezados por Chiapas con 102 casos; le sigue Oaxaca con 79 contagios; siete en Guerrero; Nuevo León con cuatro; Jalisco y Veracruz con dos enfermos cada una.
Los estados de Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Tabasco y Yucatán tienen registrado un caso cada uno.
Para expertos, la expansión del virus del zika en el continente americano, así como su asociación con microcefalia en bebés y casos de síndrome de Guillain-Barré implican grandes retos en materia de salud pública.
Las investigaciones indican que el virus del zika es capaz de atravesar la placenta, llegar al sistema nervioso y ocasionar una enfermedad que puede tener todos los cuadros clínicos, desde la muerte del bebé al momento de nacer hasta provocar el retraso mental.
En Colombia y Brasil (donde se detectaron casos de microcefalia) se da un seguimiento de mujeres embarazadas con síntomas de zika que acudieron a los servicios de salud, pero habrá que esperar al nacimiento de los bebés para conocer su situación.
Lo mismo ocurre en México, en donde las 48 mujeres embarazadas han sido incorporadas a un programa de vigilancia en sus hospitales de adscripción y monitoreadas por el Instituto Nacional de Perinatología (INP).
Para los médicos, desarrollar una vacuna tomará muchos años, como sucedió con la del dengue.
Ante la falta de tratamientos específicos, recomendaron a las mujeres embarazadas cubrirse adecuadamente y utilizar repelentes para evitar la picadura del mosquito, además de someterse periódicamente a exámenes de control prenatal.