justiciaysociedad@eluniversal.com.mx

El basurero del municipio de Cocula, Guerrero, en el que presuntamente fueron quemados los 43 normalistas de Ayotzinapa, no fue custodiado correctamente por las autoridades, por lo que las evidencias fueron contaminadas, concluyó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

Al dar a conocer ayer el dictamen íntegro del análisis que realizaron en ese basurero y cuyas conclusiones se hicieron públicas el 9 de febrero pasado, el EAAF informó sobre el hallazgo de un mínimo de 39 armas de fuego incriminadas en los elementos balísticos recuperados en el lugar.

En el documento de 350 páginas, el Equipo Argentino de Antropología Forense detalló que fueron encontrados 41 casquillos juntos, por lo que es evidente que fueron colocados por alguien, además que no corresponden a los calibres que, según los detenidos del grupo criminal Guerreros Unidos, utilizaban.

Se detalla que contrario a la versión de la autoridad sobre que ahí se incineró a los jóvenes en una pira que alcanzó los mil 600 grados de temperatura, en ese lugar no se encontraron evidencias que pudieran asegurar que los normalistas de la Escuela Raúl Isidro Burgos fueron quemados por Guerreros Unidos.

“Hay inconsistencias entre el nivel de daño esperado por la incineración de 43 personas y el que se encontró en el basurero de Cocula”, expone el documento de los expertos.

“En el sitio no fueron halladas señales de daño o alteración por la acción del fuego compatible con la exposición a altas temperaturas necesarias para un proceso de quema de 43 cuerpos en la fecha del 26 y 27 de septiembre de 2014”, concluye.

El hecho de que los 41 casquillos hayan sido hallados todos juntos debajo, o como muestra el video de la Procuraduría General de la República (PGR), entre dos piedras, deja en clara evidencia que la ubicación de los mismos no son producto de la disposición que debería darse al ser eyectados o extraídos de un arma de fuego que fuera disparada en el lugar, sino que estos fueron colocados por alguna persona, que es la única forma en que 41 casquillos percutidos por la misma arma pueden quedar amontonados y juntos entre las piedras en un mismo lugar, como se informó en el dictamen del Departamento de Balística.

Existe entonces, desde el punto de vista del EAAF, un serio cuestionamiento sobre el hallazgo de la evidencia que PGR señala recuperó el 15 de noviembre de 2014, durante la investigación de la desaparición forzada de los normalistas.

Agregó que “tratándose de una escena del crimen, este sitio debía quedar bajo custodia para su aseguramiento. A fines de noviembre de 2014, el EAAF tomó conocimiento de que el sitio del basurero de Cocula había quedado abierto al acceso público, sin las debidas normas de resguardo por lo menos hasta fines de noviembre o inicios de diciembre de 2014”, por lo que no se preservó de forma adecuada la evidencia.

En un comunicado, los expertos argentinos explicaron la decisión de hacer público el total de su peritaje interdisciplinario sobre las evidencias halladas en el basurero de Cocula, que se dio a conocer de forma parcial en febrero pasado.

Los resultados hasta la fecha son polémicos, puesto que indican que “no es posible que los presuntos perpetradores hayan incinerado en ese lugar a los 43 jóvenes, puesto que no hay consistencia entre la evidencia física y la evidencia testimonial”.

Indicaron que “en aras de contribuir a la transparencia y generar un debate científico, el EAAF pone a disposición de la opinión pública el dictamen que sustenta sus conclusiones” y que se contraponen con la llamada “versión histórica” de las autoridades, que afirma que en el lugar se incineró a los normalistas.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses